Foto: Miguel Riopa |
Que los dos últimos partidos no fueron especialmente buenos es algo que no escapa a nadie, incluido al propio Berizzo. De hecho, desde que arrancó el año 2015, que debía suponer una cierta mejoría del equipo tras irse deprimida a las vacaciones de navidad, no hay muchos partidos a los que agarrarse para encarar el futuro con optismo. Pero algo hay, y Berizzo no quiere desperdiciarlo.
El partido jugado ante el Valencia fue de lo mejor que hizo el Celta en los últimos tiempos, un encuentro en el que fue superior a uno de los mejores equipos de la Liga, y que debió ganar el conjunto vigués. Berizzo también lo sabe: “El partido del Espanyol fue un partido de fútbol directo donde no pudimos imponer nuestro fútbol, y nos costó jugar un fútbol directo y de oficio. En Getafe nunca nos preparamos para ir con ventaja y soportar el partido ganando. Jugamos bien hasta que marcamos, y cuando deberíamos estar más seguros, el partido se nos escapa. Tenemos que tratar de jugar un buen partido de principio a fin. La referencia que puede servir es el partido del Valencia”, manifestó ayer en sala de prensa.
Lo cierto es que la imagen del Celta en Balaídos, salvo el partido ante el Athletic, con muchos jugadores fuera de su posición, nunca ha sido mala. El Celta ha merecido más en casi todos los partidos, incluso en alguno perdido claramente, como ante el Villarreal. No obstante, la suerte no ha estado del lado de los locales casi nunca. La suerte y también el acierto, que es un factor importante en el fútbol. Lo normal sería que repetir el rendimiento dado ante el Valencia sería suficiente para derrotar al Córdoba, pero nunca es lo mismo jugar contra un equipo de la zona alta que ante un equipo que se juega la vida cada siete días, como es el caso del Córdoba.
Por tanto, la referencia buena puede ser Córdoba, pero sabiendo que el conjunto andaluz no concederá los espacios que podía conceder el equipo de Nuno Espíritu Santo, aunque tampoco será tan letal arriba como los valencianos. Todo ello se resolverá en unas pocas horas, las que faltan para conocer el destino de este Celta, que tiene ante sí una oportunidad de oro para escapar de los puestos que hacen temblar las piernas.
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