Santi Mina regresará mañana al campo en el que debutó como jugador del primer equipo. Fue en la Temporada 2012-13, siendo aún un futbolista juvenil, cuando dio el salto al primer equipo de la mano de Paco Herrera. Desde entonces, la evolución del futbolista ha sido evidente, aunque todavía tiene mucho camino por recorrer para convertirse en el jugador que apunta a ser. Ayer recordaba en la sala de prensa de A Madroa aquel debut, y los cambios que ha experimentado desde entonces:
“He cambiado bastante desde entonces, sobre todo en el aspecto físico. El otro día me pasaron una foto del día que debuté, y tenía un cuerpo mucho menos trabajado. Ahora me noto más fuerte y creo que soy un poco más versátil”. A la fuerza ahorcan. Santi Mina, delantero centro por genética, se ha visto obligado a reconducir su posición en el centro del campo, actuando generalmente por la banda, donde la fortaleza física es uno de sus principales aliados.
En el juvenil destacaba como un portento físico, en la comparación con sus compañeros y rivales, y aunque jugaba también pegado a la banda en ocasiones, el diferencial de su físico era suficiente para marcar las diferencias. Con el salto al primer equipo tuvo que medirse a hombre mucho más corpulentos, y la adaptación al cambio de nivel le está costando, pero poco a poco se va sintiendo más cómodo en la categoría, en parte gracias a ese estirón que el propio futbolista comentaba.
Sobre sus hombres descansa uno de los proyectos más sólidos de gran futbolista que ha dado la cantera céltica en los últimos años. Es evidente que el camino hacia la cumbre está plagado de contratiempos, pero la fortaleza mental del jugador es otro de los valores que le ayudarán en el camino. Le falta explotar, y eso se consigue con tiempo y minutos en el terreno de juego. Berizzo, tras no contar con él en el inicio, ha empezado a introducirlo poco a poco y comienza a dar sus frutos, como en San Mamés, donde tiró del Celta hacia una remontada que parecía imposible y durante muchos minutos estuvo al alcance. Solo le falta pegar otro estirón.
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