Publicado por Marcos L. Bacariza el 12/14/2014 04:00:00 p. m.
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Foto: El Desmarque |
Regresó Krohn-Dehli a la posición de pivote, como en la etapa final de Luis Enrique, repitió en la posición de mediocentro, con todo el juego del equipo cargando sobre sus hombros. El danés volvió a acreditar su inmensa calidad, su fuerza y la verticalidad de su juego. Fue el termómetro del Celta. Cuando empujó él lo hizo el resto del equipo. Especialmente llamativo fue su segunda parte en la que no solo jugó, movió al equipo y corrió como nadie, sino que aún por encima salieron de sus botas los pases de gol con más veneno del Celta en todo el encuentro. Sobre todo aquel balón que envió a Augusto y que le dejó solo delante de Kameni. El danés volvió a dar muestra de su infinita clase en La Rosaleda.
Fuente: Faro de Vigo
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