Foto: Pepe Andrés |
La llegada del Madrid a Sofía para enfrentarse al Ludogorets esta tarde en el Estadio Nacional es el momento esperado por Abalo y casi todos sus compañeros. Durante dos horas la noche búlgara se iluminará con las luches de la Champions para ofrecerles una vía de exposición profesional y promoción de salida a campeonatos de mayor jerarquía.
“Nos defendemos y nos posicionamos bien”, cuenta Abalo, para describir las características de su equipo. “La mayoría somos jugadores de tenencia de pelota y nos gusta bastante jugar al fútbol. Pero en Champions tendremos que adaptarnos a lo que el rival nos deje hacer. A nosotros nos gusta tener la pelota pero al Madrid va a ser difícil quitársela. Intentaremos defendernos bien como contra el Liverpool y cuando recuperemos, pues hacerlo lo mejor posible. Imagino un partido igualito al de Anfield, esperando nuestra oportunidad. Será importante que nos defendamos con mucha atención. Habrá que tener paciencia. Ya vimos los goles que le hizo el Madrid al Villarreal y sabemos que tenemos que tener cuidado con las contras. El Villarreal le hizo un buen partido pero pagó sus descuidos atrás. Eso es lo que hay que evitar”.
Abalo marcó el gol del Ludogorets en Liverpool (1-1) antes del penalti que le dio la victoria al equipo inglés en la primera jornada de la fase de grupos. Entonces fue suplente. Ahora se dispone a disputar su primer partido contra el Madrid, algo que soñó durante muchos años. “Creo que estamos preparados para competir”, dice. “Ya lo demostramos el año pasado llegando hasta octavos de final de la Europa League. Ahí se demostró que nos faltaba experiencia cuando nos enfrentamos al Valencia, que nos ganó básicamente jugando a la contra. Creo que este año estamos mejor, más acostumbrados a este tipo de fútbol”.
“Este es un club pequeño”, concluye el gallego, “pero cuando me ficharon venían ganando la Liga de Bulgaria las tres últimas temporadas y tenía posibilidades de jugar en Europa, que es lo que más me atraía. Estoy contento porque ganamos la Liga y la Copa y estamos en Champions”.
Lo mejor del Ludogorets es que ofrece una posibilidad brillante de regresar a occidente. Especialmente para Dani Abalo, que cambió las Rías Bajas por un piso de Razgrad, un pueblo industrial en medio de los montes donde la vida social es tan poco animada que hasta hace unas semanas no había ni un sitio para comer fuera de casa. Atención clubes españoles: el muchacho acaba contrato en junio y a partir de enero queda libre para negociar sin pagar traspaso.
Diego Torres / El País
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