El capitán se hace mayor


Oubiña charla con su actual entrenador, Berizzo, en el año 2004 (Foto: Atlántico)
Borja Oubiña debutó en Primera División el 29 de octubre de 2003, un día antes de que Yelko Pino cumpliese 7 años. Hoy, estos dos centrocampistas vigueses comparten día a día en la concentración del Celta en Marbella. El capitán se ha convertido, a sus 32 años, en el más veterano del grupo y el mediapunta del filial es el más joven, aunque a sus escasas 17 'primaveras' vive ya su segunda pretemporada con el primer equipo celeste, después de estrenarse el verano pasado a las órdenes de Luis Enrique Martínez.

Quince años separan a Borja y Yelko. Son los dos extremos de un grupo que se caracteriza, un año más, por su juventud. Los 22 jugadores que componen a día de hoy el primer equipo tienen una edad media de 25 años exactos. Sólo tres han alcanzado ya la treintena: Charles Dias (30 años), Michael Krohn-Dehli (31) y el propio Borja Oubiña, que a sus 32 años se ha convertido en el más veterano del equipo tras la retirada de Mario Bermejo con 35 'primaveras'.

Larrivey, que está a punto de cumplir 30 años, y Cabral, que en octubre hace 29, están cerca de esa terna, pero la plantilla del Celta se caracteriza fundamentalmente por su juventud. No en vano, nueve de sus miembros tienen 23 años o menos. La mayoría son canteranos (Rubén, Jonny, Mallo, Costas, Madinda, Jota y Mina) y los otros dos recién llegados: Sergi Gómez y Carles Planas, fichados tras concluir su etapa en el Barça B con 23 y 22 años, respectivamente.

Especialmente llamativa es la juventud de tres de los miembros del conjunto que dirige Eduardo Berizzo: Rubén Blanco –que pelea por un puesto con Yoel y Sergio–, David Costas y Santi Mina. Los tres pertenecen a esa brillante generación del 95 que llevó al Celta a la final de la Copa de Campeones juvenil de 2013. Varios de sus compañeros están concentrados con el primer equipo en Marbella. Tal es el caso de David Goldar, cosecha del 94 y capitán del conjunto que entrenaba David de Dios, Borja Fernández, Jordan, Samuel Araújo, Fernán Ferreiroa y el ya mencionado Yelko Pino. 

Este menudo mediapunta, internacional sub-19 con la selección española, es el más joven del grupo. Nació el 30 de octubre de 1996 y no destaca por su fortaleza ni su envergadura, pero sí por su fútbol. Es puro talento, lo que le ha permitido jugar siempre con compañeros y adversarios mayores que él, incluso ahora que comparte entrenamientos con futbolistas de Primera División.

Yelko, que junto con los otros siete futbolistas del filial reducen la media de edad del equipo a los 23,4 años, es el claro ejemplo de lo mucho que han cambiado los tiempos en el Celta. Años atrás no sólo resultaba harto complicado dar el salto al primer equipo, sobre todo en la época en la que el conjunto vigués estaba plagado de internacionales y jugaba año sí y año también en competiciones europeas, sino que quienes daban el paso solían hacerlo a una edad más avanzada.

Sin ir más lejos, el propio Borja Oubiña debutó con el primer equipo con 21 años. Con la misma edad tuvieron su primera oportunidad en partido oficial jugadores como Roberto Lago o Iago Aspas y otros de los miembros de la generación que devolvió al Celta a Primera tuvieron que esperar incluso más. Andrés Túñez, por ejemplo, se estrenó con 22 años.

Sin embargo, con esa apuesta por la cantera en parte obligada por la delicada economía del club tras su proceso concursal y en parte promovida por el presidente Carlos Mouriño e impulsada por la valentía de técnicos como Eusebio Sacristán el plantel del Celta se fue rejuveneciendo. En su día resultó extraño ver a Hugo Mallo dar el salto al primer equipo todavía en edad juvenil y sin siquiera pasar por el filial. Hoy no lo es tanto. Futbolistas como Jonny, Mina, Costas o Rubén han jugado en Primera cuando por edad podían estar haciéndolo en el campo de hierba artificial de A Madroa en División de Honor juvenil.

Yelko todavía no ha tenido la ocasión de debutar en partido oficial con el primer equipo del Celta, pero si a su talento y calidad une trabajo y constancia su oportunidad acabará llegando. Y qué mejor que seguir el ejemplo del capitán, que ha disputado ya cerca de 250 encuentros con la zamarra del Celta y no ve próxima su fecha de caducidad. "Lo vas pensando año a año. Ya con 25, cuando me empezó a pasar todo lo que me pasó (estuvo casi cuatro campañas de baja por lesión), el planteamiento era ir día a día y poco más. Ahora, con 32, pues lo mismo. Me encuentro bien, disfruto el día a día y no pienso en el largo plazo", aseguró recientemente a este diario el capitán. Borja es pasado pero también presente del Celta. Yelko es presente y, sobre todo, futuro.

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