Acertar con los fichajes que se realizan cada verano es una de las claves del éxito (o el fracaso) de la temporada entrante. Hay que minimizar los riesgos en cada operación y es por ello que el Celta no sólo se fija en el rendimiento deportivo que han tenido los futbolistas que están en su agenda, sino que se interesa por conocer a fondo, en la medida de lo posible, el comportamiento de esos jugadores fuera del terreno de juego. Evidentamente, los informes que se reciben no son infalibes –pongamos como ejemplo a Welliton–, pero el porcentaje de acierto del club vigués en los últimos años es bastante notable. En parte por el trabajo de la secretaría técnica que encabeza Miguel Torrecilla y también porque la dirección deportiva ha sabido tener en cuenta la opinión del entrenador de turno. De hecho, en las últimas temporadas son varios los futbolistas contratados por el Celta que previamente ya habían jugado a las órdenes de su entrenador en Vigo. Pablo Hernández es el último ejemplo.
Cuando Eduardo Berizzo aceptó la propuesta que le plantearon en Chile Carlos Mouriño y Miguel Torrecilla, no dudó en recomendar a uno de los jugadores con los que había trabajado y triunfado en el modesto O'Higgins, al que llevó a conquistar su primer título liguero. El elegido era Pedro Pablo Hernández, un centrocampista argentino con experiencia en su país natal, Uruguay y Estados Unidos y que en Chile ofreció su mejor versión, hasta el punto de nacionalizarse chileno y debutar con la selección que dirige Jorge Sampaoli.
La operación no fue sencilla por las pretensiones económicas del O'Higgins, pero la voluntad del jugador y la magnífica relación de los dirigentes de la escuadra chilena con el propio Berizzo resultó determinante. Hernández ya está en Vigo, preparado para afrontar su primera experiencia en el fútbol europeo y con la ventaja de conocer a la perfección al que será su entrenador en el Celta y gozar, además, de su plena confianza.
La pasada temporada, el club vigués incorporó a nada menos que tres futbolistas que previamente habían trabajado con Luis Enrique y el rendimiento de todos ellos acabó siendo más que notable. Andreu Fontás, Rafinha Alcántara y Manuel Agudo 'Nolito', que habían jugado a las órdenes del técnico asturiano en el Barcelona B, fueron tres de los futbolistas más importantes del Celta la pasada campaña. Fontás disputó 35 partidos, todos ellos como titular y alternando el centro de la defensa con el pivote, y fue el jugador de campo con más minutos de la plantilla. Rafinha fue de menos a más en su primera temporada en la máxima categoría y, sobre todo en la segunda vuelta, deslumbró con su talento. Tanto es así que se ganó el derecho a formar parte el curso que viene del primer equipo del Barça, donde volverá a coincidir con Luis Enrique.
Nolito, por su parte, comenzó jugando pero pagó su pobre rendimiento en la primera parte del campeonato con la suplencia en un buen número de encuentros. Sin embargo, su segunda vuelta fue espectacular, hasta el punto de superar a Charles como máximo realizador del Celta, con 14 goles en su primera campaña en Vigo.
Antes, con Paco Herrera en el banquillo, la entidad celeste también incorporó a futbolistas que el técnico catalán conocía de primera mano. Tal fue el caso de Joan Tomás, quien llegó al Celta en verano de 2010 procedente del Villarreal B, como su entrenador. El rendimiento del menudo mediapunta catalán fue más que satisfactorio, si bien es cierto que lució sobre todo como revulsivo y nunca llegó a ganarse la titularidad, lo que finalmente le llevó a abandonar el Celta rumbo a Chipre mediada la temporada 2012/2013.
Un año más tarde, en 2011, ficharon por el club vigués Mario Bermejo y Natxo Insa. El delantero cántabro, que acaba de retirarse para entrar a formar parte de la secretaría técnica celeste, había coincidido con Herrera en el Recreativo de Huelva. Por su parte, el mediocentro de Cocentaina había jugado a las órdenes del preparador catalán en el filial del Villarreal, igual que Joan Tomás. Tanto Bermejo como Insa ofrecieron un buen rendimiento en Vigo. El primero se convirtió en un auténtico héroe para la afición viguesa y el segundo será recordado, curiosamente, por una de las facetas en las que menos destaca: la goleador. Y es que Natxo Insa marcó el 1-2 en la victoria sobre el Nástic en la penúltima jornada del curso 2011/2012, que dejaba al Celta a un paso del ascenso, y el tanto de la victoria ante el Espanyol (1-0) en el último partido de la temporada 2012/2013, un triunfo que valió para lograr la permanencia.
Ahora, el conjunto celeste vuelve a confiar en la experiencia de primera mano de su entrenador para fichar a Pablo Hernández a cambio de 1,6 millones de euros. Pero, además, también se hizo con los servicios del delantero argentino Joaquín Larrivey, al que Berizzo conoce a la perfección, y está interesado en otros compatriotas del nuevo técnico celeste, como por ejemplo el central de River Plate Germán Pezzella, con varias 'novias' en el fútbol español.
Borja Barreira / Atlántico Diario
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