La presencia de Augusto en la lista de Alejandro Sabella saltó el lunes a última hora de la noche. Tras infinidad de rumores sobre si estaba entre los elegidos o no, se confirmó la participación de un futbolista cuya polivalencia, capacidad para hacer grupo y entrega absoluta sobre el césped le han hecho acreedor del billete a Brasil. Desde que recibiera su primera convocatoria con Argentina y debutara precisamente contra los brasileños en septiembre de 2011, el sueño de Augusto ha sido participar en un Mundial. Tanto es así que ha procurado crecer como futbolista y ganarse el protagonismo en sus equipos para hacerse merecedor de la convocatoria.
La presencia de Augusto en Brasil será la recompensa al trabajo, el esfuerzo y la garra diaria, mientras que la de su compañero Fabián Orellana lo será al momento dulce que atraviesa. El chileno ha vivido en los últimos años en una montaña rusa futbolística que ahora mismo se encuentra en su pico más elevado. Destacó en el Celta en Segunda, fue uno más en el Granada en Primera, y regresó a Vigo para ser un revulsivo que se quedó solo en el intento en la temporada de su llegada.
El irregular papel de Fabián Orellana desde su retorno, sumado a la exigencia de Luis Enrique, que solo quería jugadores al cien por cien comprometidos, a punto estuvo de hacer salir al futbolista como cedido. Sin embargo, el chileno se negó y se planteó el reto de reencontrarse con su mejor versión, volver a ser un jugador importante y, de paso, intentar hacerse un hueco para el Mundial.
Lo que en un primer momento parecía imposible, se fue convirtiendo en realidad con el paso de las jornadas. El Orellana apático del mes de agosto se transformó desde el mes de diciembre en un jugador enchufado y que comenzó a encadenar titularidades apostado en una banda derecha que ya no abandonaría. Goles, asistencias, la sensación constante de generar peligro e incluso ayudas defensivas permanentes y nunca vistas en el chileno le dispararon en popularidad.
Sampaoli, un seleccionador al que siempre había agradado Orellana como extremo, comenzó a seguirle de nuevo la pista, y el pasado mes de febrero le citó para un amistoso frente a Alemania. Un año después de vestirse por última vez con la camiseta roja de Chile, El Poeta volvía al panorama internacional. Desde entonces se han sucedido las convocatorias, y poco a poco el futbolista se ha ganado su billete a Brasil gracias a vivir un momento extraordinario sobre los terrenos de juego.
Augusto llega al límite
Mientras la convocatoria de Orellana para Brasil parecía cantada en las últimas fechas, la inoportuna lesión que Augusto Fernández sufrió en el penúltimo partido de la Liga hizo temer lo peor. El argentino sufríó un esguince en la rodilla derecha del que ha conseguido recuperarse «in extremis». La semana pasada comenzó a entrenar junto al resto de la selección, y Sabella le ha dado un voto de confianza, visto el intenso trabajo que ha desplegado para llegar a tiempo. «¿Cómo no me voy a esforzar si es para un Mundial, que es lo que esperé durante toda mi carrera?», comentaba hace unos días el futbolista del Celta, que ya compartió vestuario con el seleccionador argentino en el 2006 cuando Sabella era ayudante de Pasarella, el entrenador de River que hizo debutar a Augusto en la máxima categoría.
Ahora, con el primer paso dado, queda por ver si Sampaoli y Sabella confían sobre el terreno de juego en Orellana y Augusto. Brasil será el mejor escaparate para los dos jugadores del Celta.
Lorena García Calvo / La Voz de Galicia
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