El perfecto "hasta pronto" a Balaídos

Foto: Miguel Vidal

El Celta no estaba dispuesto a que nada ni nadie le amargase su fiesta, su despedida de la temporada de Balaídos, el adiós de Luis Enrique y Rafinha, y el hasta pronto de un equipo que se ha reconciliado a lo grande con un estadio que le costó lo suyo en el arranque de la competición. Ni siquiera el Real Madrid iba a torcer una tarde en la que los vigueses celebraron su cuarta victoria consecutiva y en el que la única nota agria fue la lesión de Augusto Fernández. El resto fue un tributo al fútbol ambicioso, a la buena lectura hecha por los locales del encuentro, y a una acertada ejecución. Todo, regado con la pizca de fortuna que acompañó a un Charles que exhibió pillería.

El once: El equipo de gala . 
Luis Enrique no se ahorró nada. Quería despedir la temporada a lo grande ante el Real Madrid, y eso le animó a sacar el equipo de gala que tan buenos réditos le ha dado en los últimos tiempos. Con Charles despojado de su máscara y secundado por Nolito y Orellana, con Krohn-Dehli, Augusto y Rafinha en la medular, y con una defensa sin sorpresas, con Fontás y Cabral en el centro de la zaga y Jonny y Aurtenetxe en los laterales, por delante de una portería que, por segunda jornada consecutiva, defendió un magistral Sergio.

El planteamiento: Todo al ataque . 
Luis Enrique, en su adiós al municipal vigués, no estaba dispuesto a renunciar al fútbol ofensivo, por mucho Real Madrid que se encontrase delante. Salió con todo, comenzando por conceder el puesto de pivote defensivo a un Krohn-Dehli que es sinónimo de creatividad. Con la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque, tiró millas un Celta que acabó haciendo un rondo ante un Real Madrid que solo le hizo sufrir en el arranque del segundo acto. A la contra los vigueses pudieron ampliar la cuenta.

La defensa: Todos a una . 
La corrección presidió a la defensa céltica en una tarde en la que los locales solo apretaron los dientes en el arranque del segundo acto, cuando los de Ancelotti subieron revoluciones para intentar dar la vuelta al marcador. Sin embargo, el segundo tanto de Charles sofocó el arreón blanco y dio alas a un Celta que acabó ovacionado por su afición. Destacada fue la participación de Rafinha a la hora de bajar a defender en la tarde en la que Balaídos se puso de pie para despedirle.

El ataque: El más listo de la clase .
Aprovechando el exceso de confianza de la defensa del Real Madrid, Charles Dias firmó su segundo doblete de la temporada. En el primer gol el brasileño exhibió visión, regate y disparo sin ángulo, y en el segundo, Nolito y el delantero se encargaron de sacar los colores a la zaga blanca. Fueron los dos atacantes los responsables de llevar la carga ofensiva de un Celta que exhibió un fútbol alegre, ambicioso y de ideas claras ante un Real Madrid que apostó por un ejercicio táctico del que no salió bien parado.

Lorena García Calvo / La Voz de Galicia