Un Celta en horas bajas frente un Sevilla enrachado


Foto: LOF
Cuando Celta y Sevilla salten mañana al césped de Balaídos, lo harán dos dinámicas diferentes. Mientras los nubarrones se ciernen sobre el equipo de Luis Enrique, en Sevilla brilla el sol. Más que nunca. El equipo de Unai Emery ha pegado en el último mes un estirón de 18 puntos que ha disparado sus opciones europeas, mientras el Celta se ha dejado por el camino puntos y sensaciones.

La situación
Dos polos opuestos
Tras crecer en los meses de enero y febrero, el Celta se ha dado de bruces con la más cruda realidad. El equipo de Luis Enrique solo ha sido capaz de exprimir cuatro puntos en sus últimos seis compromisos, viéndose obligado de nuevo a mirar de reojo la zona de descenso. Justo lo contrario que un Sevilla que se ha revitalizado en las últimas semanas, encadenando siete jornadas sin conocer la derrota -con seis triunfos consecutivos- y remontando incluso la eliminatoria europea ante el Betis. Es hoy por hoy el equipo más en forma de la Liga.

Los números
Sin gol, y encajando
La dinámica peligrosa en la que ha caído el Celta tiene su origen en unos números muy pobres. En las últimas seis jornadas el conjunto vigués solo ha conseguido convertir dos goles (uno supuso el empate ante el Getafe y otro la victoria en Levante), mientras que los goles en contra ascienden a nueve, incluyendo los tres del partido en el Camp Nou. El conjunto sevillano, al que los vigueses vencieron por la mínima en el Sánchez Pizjuán, tiene por contra una cosecha distinta, con 13 goles a favor en sus últimos compromisos, y tan solo cuatro encajados. En los últimos tres partidos que ha jugado el Sevilla -incluyendo el de Europa League ante el Betis- el delantero Carlos Bacca ha anotado cuatro goles, por lo que llegará a Balaídos pletórico y como una seria amenaza para el conjunto céltico.

Las sensaciones
Un Celta venido a menos
Más allá de los seis puntos que el Celta ha dejado escapar en la última semana, los de Luis Enrique también han perdido sensaciones. Los vigueses se mostraron inoperantes ante un Málaga que les dominó a placer, mientras que en Barcelona el pésimo arranque del encuentro mostró la peor versión del equipo. Es cierto que fue a más, pero la imagen general fue de un conjunto menor. Todo lo contrario a lo que el Sevilla consiguió en el Pizjuán ante el Real Madrid. Los de Emery plantearon un partido inteligente, agazapándose a la perfección, desplegando un centro del campo con músculo y sacando rendimiento de la estrategia, otra materia pendiente en los célticos. Los sevillanos visitarán Balaídos en una dinámica alcista, animados por la victoria ante los de Ancelotti y con aspiraciones de alcanzar el cuarto puesto que defiende el Athletic. Eso sí, el Celta también es consciente de lo que se juega. Las finales se amontonan.

0 comments:

Publicar un comentario