La suma de los pequeños detalles


Foto: Jorge Landín
El Celta volvió a ganar en Balaídos más de dos meses después y lo hizo ante un rival de altura, un Sevilla con enormes futbolistas en todas sus líneas que generó más peligro que los vigueses durante buena parte del encuentro pero acabó cayendo víctima del buen hacer de los pupilos de Luis Enrique en esos pequeños detalles que acaban decidiendo los partidos.

Retoques en el once

Luis Enrique recuperó a Rafinha y lo alineó de inicio en un once en el que destacó, además, la presencia de Krohn-Dehli como pivote defensivo en detrimento de Borja Oubiña. El hispano-brasileño completó un buen primer tiempo, pero tras la lesión de Álex López cambió su posición y su rendimiento bajó considerablemente como interior en lugar de extremo y en la izquierda en lugar de en la derecha. El danés, en cambio, fue el auténtico pulmón del Celta. Vital tanto por su trabajo en la recuperación como en la construcción del juego. De sus botas nacieron infinidad de acciones de ataque de los celestes y fue capaz, una vez más, de hacer olvidar al capitán.

El cuarteto defensivo

La defensa del Celta rayó ayer a gran altura. El trabajo colectivo del equipo es reseñable, como lo es la capacidad de Luis Enrique para convertir a futbolistas que viven de su talento como Nolito u Orellana en peones al servicio del grupo, pero sobre todo hay que destacar el partido de Mallo, Jonny, Fontás o Íñigo López. Especialmente el del riojano, que apenas ha disfrutado de minutos esta temporada y dio una lección de lo que debe hacer un futbolista: explotar sus virtudes y minimizar sus defectos. Fajador y siempre concentrado, Íñigo nunca se complicó la vida.

Un seguro de vida

Pese al buen trabajo del Celta, que un equipo con jugadores como Rakitic, Vitolo, Bacca o el velocísimo Gameiro cree ocasiones es inevitable. Cuando éstas llegaron, apareció Yoel. Incomensurable una vez más, el vigués ha convertido la temporada de su alternativa en Primera en la de su confirmación como un magnífico guardameta.

Los cambios de Luis Enrique

Los dos últimos cambios de Luis Enrique (el primero fue obligado por la lesión de Álex López) fueron determinantes. Mario Bermejo aportó la brega sobre la que ha construido una longeva carrera como futbolista y de la que nació el penalti que Nolito transformaría en el gol de la victoria. Todo ello en un momento en el que el Celta había ganado aplomo en el centro del campo con Fontás como pivote, Krohn-Dehli en lugar de un Rafinha venido a menos y Aurtenetxe en el eje de la zaga. Detalles.

Borja Barreira / Atlántico Diario

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