Foto: @cd_cervantes |
La Policía Nacional tuvo que intervenir en el partido de División de Honor entre Cervantes y Celta de Vigo que tuvo lugar en la mañana de ayer, en los Campos de El Regimiento, y desalojar las instalaciones deportivas una vez finalizado el encuentro para evitar «la invasión de los vestuarios arbitrales», según confirmó a este periódico el club santanderino, que fue el encargado de llamar a las fuerzas del orden público. El conflicto se originó en el minuto 55 del partido y obligó a la sustitución del jugador local, Manuel Castillo, por su compañero Valle, tras la supuesta agresión al colegiado del encuentro José Antonio López.
El Cervantes, a través de su presidente Cilio Alonso, defendía la tesis de que «el colegiado ha pegado a nuestro jugador durante el partido, éste se revolvió y hubo que cambiarlo». La historia, según la versión de Alonso, es la siguiente: «Estaban los dos en el campo, el chaval fue al árbitro y sin mediar palabra éste le ha dado un golpe y entonces se ha ido a por él».
Tras sustituir al jugador, «lo metimos en el vestuario», donde estuvo acompañado por Hilario, el coordinador. Los directivos del Cervantes llamaron a la Policía Nacional para que se personase, mientras el partido continuó sin ningún incidente más hasta su finalización. Este periódico se puso en contacto con José Antonio López, colegiado de Segunda División B que arbitraba el partido para conocer su relato de lo sucedido. El desencadenante de la desagradable situación estaba fuera del campo: «Había un grupo de personas en la banda del campo venga a increparnos al trío arbitral y en una jugada que me acerqué les dije que cesasen y ellos lo que hicieron fue ir a más». Después del correspondiente saque de banda continuó la jugada y entonces «cuando frene, me pegan un empujón por detrás. Miré y era un jugador del Cervantes que supongo tendría alguna relación con las personas que estaban viendo el partido desde la banda. Entonces lo empujé para apartale y me pegó una patada en el culo», comentó José Antonio López.
El colegiado se muestra tajante en su afirmación: «Yo no lo doy, simplemente evito que él me golpease ». López reconoce que «no supe reaccionar» ante la situación y, posteriormente, «me doy cuenta de que mi error fue el no haberlo expulsado o amonestado». El Cervantes y el padre del jugador no denunciaron lo sucedido, aunque el presidente de la entidad confirmó «el lunes -hoy- igual denunciamos el acto ante la Federación de Fútbol».
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