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Foto: Pau Bellido |
“Un atentado premeditado y con la idea de generar el caos”, así se califica lo sucedido en el Madrigal en el partido de este sábado frente al Celta de Vigo. Tras las primeras reacciones en caliente, parece que se empiezan a tener claras algunas cosas sobre el lanzamiento del bote de gas lacrimógeno al campo. Lo primero que se asegura desde fuentes de la investigación, es que este no fue una acción fortuita y que el que la realizó, no accedió desde fuera sino que estaba dentro del campo desde el inicio del partido.
Y es que en un principio se dio como factible la hipótesis de que el agresor pudo haber accedido desde la calle, con la idea clara de lanzar el bote de gas y escapar tras haberlo hecho. Para ello se especulaba que lo hubiera hecho aprovechando que el protocolo obliga a desarmar los tornos de las puertas, para facilitar con ello la salida de los espectadores. Algo que se hace a diez minutos del final del partido, ya que la salida siempre suele ser escalonada.
Pero tras el repaso a los vídeos de seguridad y con la declaración de los miembros de seguridad de las puertas, se da como seguro que el individuo no accedió al campo en los últimos minutos. Por tanto se da como cierto que este ya estaba en el campo y que se desplazó a la parte alta del fondo sur del campo, desde donde lanzó el artefacto. Lo hizo desde las escaleras de uno de los vomitorios de salida, con la mano y no con una lanzadera como se especuló.
Según las imágenes de seguridad, el individuo no llevaba pasamontañas aunque el problema es que estas imágenes no llegan a ser nítidas, como para identificar cien por cien al individuo. Tras quitar la anilla y lanzar el bote de gas, echó a correr sin esperar a ver el efecto de su acción.
Respecto a la huída, se baraja la idea de que el agresor salió del campo por la puerta diez del fondo sur del Madrigal. Con ello se apunta que este aprovechó que ya había algunos aficionados que ya estaban desalojando el campo y se camufló como uno más de esos seguidores. Un extremo que aseguran los vigilantes de esta puerta y que tiene previsto declarar mañana con la Policía Nacional. La investigación, incluso, baraja la posibilidad de que se hubiera podido cambiar de ropa en la huída.
A consecuencia del gas, los servicios médicos de El Madrigal tuvieron que atender en torno a 20 personas afectadas por problemas de respiración, picor de ojos y estado de nerviosismo.
Posible sanción al Villarreal
El Villarreal se expone ahora a una sanción que variará en función de cómo el Comité de Competición califique el acto. Las infracciones leves por estos hechos se castigan con multa de hasta 600 euros; las graves, con apercibimiento o cierre de uno a tres partidos o dos meses y multa de hasta 3.000 euros, y las muy graves, con apercibimiento o cierre de cuatro partidos a una temporada y multa de hasta 30.000 euros.
Se considera faltas graves, según el código disciplinario de la FEF, "los incidentes de público en general y el lanzamiento de objetos a las instalaciones y superficie de juego, en particular, que perturben de forma grave o reiterada el desarrollo del encuentro, provoquen la suspensión transitoria o definitiva del mismo o atenten a la integridad física de los asistentes".
No le ayudará al club el hecho de que no fuera detenido el culpable, que el objeto esté prohibido en un estadio de fútbol y que el partido tuviera que pararse durante 25 minutos.
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