Foto: Óscar Vázquez |
El Celta rompió el sábado pasado su mala racha en Balaídos al derrotar al Almería (3-1) después de siete partidos consecutivos como local sin ganar. Mañana, el conjunto celeste tratará de romper una nueva estadística negativa, la que dice que hace más de un año que no consigue vencer dos encuentros seguidos en su propio estadio.
El curso pasado, el equipo que por aquel entonces dirigía Paco Herrera comenzó la Liga con muy buenos resultados sobre el Lagares. Empezó perdiendo (inmerecidamente) contra el Málaga (0-1), pero se impuso en los siguientes tres compromisos en Balaídos, frente a Osasuna (2-0), Getafe (2-1) y Sevilla (2-0). Desde el 5 de octubre de 2012, fecha en la que el cuadro hispalense cayó en Vigo, el Celta no saca adelante dos compromisos seguidos como local. Cada triunfo en Balaídos desde entonces ha estado precedido y sucedido por un empate o una derrota, lo que dibuja una estadísica global poco favorable en el vetusto coliseo olívico, escenario en los trece últimos meses de 25 partidos oficiales con un balance de 7 triunfos, 9 empates y 9 derrotas.
Durante meses, el buen hacer de los vigueses en la Copa del Rey del curso pasado maquilló la caída de su rendimiento como local. Desde el antedicho 5 de octubre de 2012 hasta finales de abril de 2013 –esto es, más de cinco meses–, el Celta sumó cuatro victorias en su estadio, pero dos de ellas fueron en el torneo del KO, la remontada ante el Almería (3-0 en la prórroga) y la sorprendente victoria sobre el Real Madrid (2-1). En Liga, el cuadro vigués venció al Valladolid (3-1) el Día de Reyes y al Granada (2-1) en el afortunado debut de Abel Resino, decidido por un gol en semifallo de Mario Bermejo en la recta final del encuentro. Los encuentros ante Deportivo (1-1), Mallorca (1-1), Levante (1-1), Betis (0-1), Real Sociedad (1-1), Valencia (0-1), Real Madrid (1-2), Barcelona (2-2) y Rayo Vallecano (0-1) completan la estadística en esos meses durante los cuales Abel ocupó el cargo del destituido Paco Herrera en el banquillo celeste.
En el presente ejercicio, el Celta necesitó ocho intentos para ganar en Balaídos. Con anterioridad al triunfo sobre el Almería, encadenó tres empates (Espanyol, Granada y Villarreal) y cuatro derrotas (Elche, Levante, Barcelona y Rayo). 'Para nosotros fue un alivio ganar un partido en Balaídos y dedicarle un triunfo a la afición porque ya era hora', admitió el céltico David Costas tras la sesión matinal de ayer en A Madroa.
Mañana, siete días después, el equipo de Luis Enrique tratará de repetir victoria, ante el Athletic y en otra competición. 'Vamos a salir a ganar y a pelear por pasar la eliminatoria. Espero que ganemos en casa, que sigamos con una buena racha de victorias y salgamos de Balaídos con un buen resultado para ir a Bilbao a intentar avanzar en la Copa', añadió Costas, que como el resto de sus compañeros descarta la posibilidad de centrarse sólo en el torneo de la regularidad: 'Nosotros no tiramos ningún partido, ni de Liga ni de Copa del Rey. Para nosotros es lo mismo, este fin de semana vamos a por la Copa y a pasar la eliminatoria'.
Para triunfar en el doble duelo ante los bilbaínos, el central chapeleiro considera fundamental no recibir ningún tanto sobre el Lagares. 'Sobre todo es importante dejar la portería a cero en casa por el valor doble de los goles y, si es posible, ganar con un resultado amplio para llegar a Bilbao con más oportunidades de pasar', indicó.
Sobre el Athletic, Costas apuntó que 'ya he tenido la suerte de enfrentarme a ellos y son muy buenos jugadores, tienen una gran delantera. Pero vamos a intentar ganar delante de nuestra afición'.
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