Foto: Xoan Carlos Gil |
La falta de pegada es uno de los grandes quebraderos de cabeza del Celta. El debate sobre si el conjunto vigués debe reforzarse en el mercado invernal ya está en la calle. La afición considera que una de las posiciones que necesita incorporaciones es la parcela ofensiva. El conjunto vigués, que ha cuajado un buen fútbol en la mayoría de sus partidos, sufre una preocupante sequía goleadora cuando juega en Balaídos. De hecho, los hombres de Luis Enrique son el único equipo de la máxima categoría que todavía no conoce la victoria como local.
Desde aquel inolvidable 1 de junio han pasado ya más de cinco meses. Curiosamente, aquel día sí se celebró una quedada que dejó imágenes para la historia. El gol de Natxo Insa y la derrota del Deportivo ante la Real Sociedad dejaban al Celta en Primera División. Desde entonces el cuadro celestes no ha vuelto a esbozar una sonrisa junto a su afición. Ni en el partido amistoso ante el Southampton hubo victoria. El resultado ante el conjunto británico se saldó con empate sin goles, una premonición del gran punto débil de la nueva era que lidera Luis Enrique.
En competición oficial los registros en Balaídos son preocupantes. Una vez vencido el primer tercio de curso, el Celta acumula tres empates y cuatro derrotas. La imagen ante Espanyol y Granada no pudo ser más brillante. Ante los pericos, el cuadro celeste desperdició una ventaja de dos tantos mientras que frente a los andaluces un tanto de Piti en una jugada aislada privó a los hombres de Luis Enrique de sumar su primer triunfo como local.
Precisamente, ante el cuadro nazarí Balaídos celebró su último gol. Fue el primer tanto de Rafinha Alcántara como celeste. Desde aquel 31 de agosto han pasado más de dos meses sin ver puerta. Cuatro derrotas frente a tres rivales directos en la lucha por la salvación (Elche, Levante y Rayo Vallecano) y tropiezo lógico ante el todopoderoso FC Barcelona. Esa sequía goleadora sólo se tradujo en un punto. Fue ante un Villarreal, revelación de la competición, que se topó con una actuación estelar de Yoel. Ante el submarino amarillo fue el último partido en el que el equipo de Luis Enrique saco algo positivo ante los ojos del celtismo.
Tras un tercio de Liga disputada, el Celta sabe que su problema está en casa. Mejorar los números como local será la clave para que el equipo de Luis Enrique logre asentarse en la máxima categoría del fútbol español. La próxima oportunidad para regalar una afición al celtismo será ante el Almería, otro rival directo en la lucha por la permanencia.
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