Punto y final. El Celta quiere dar carpetazo a su sequía
como local, de victorias desde el inicio de la campaña y de goles desde el ya
lejano mes de agosto, y sumar un triunfo en el viejo Balaídos que corrobore el
despegue de los de Luis Enrique tras conquistar por partida doble Andalucía en
las últimas fechas. Tras seis jornadas en la ribera del Lagares, no caben más
prórrogas: “ya toca ganar en casa”, anuncia Borja Oubiña
Y es que la ley del
fútbol es clara: los campeonatos se ganan a domicilio, pero las
permanencias se logran en campo propio. Los celestes, sin más objetivo que el de
permanecer una temporada más en Primera División, no pueden permitirse por
tanto un nuevo tropiezo ante su afición. Balaídos, ansioso por disfrutar con
los suyos de una vez por todas, ya no puede esperar más. El rival, un Rayo con
más fútbol que puntos, parece el invitado propicio por su condición de colista.
Sin embargo, su historial reciente en Vigo y su carácter desinhibido, capaz de
amargarle una tarde a cualquiera, obligan a mantener la alerta.
Luis Enrique no
hará cambios para recibir al conjunto madrileño. Los buenos resultados y el juego
de recientes jornadas invitan al continuismo y descartan cualquier sorpresa.
Solamente David Costas, en sustitución del lesionado Cabral, tendrá cabida en
un once idéntico al del Sánchez Pizjuán. Una vez más, todo hace presagiar que Rafinha
empezará el partido desde el banquillo, lo que mantendrá a Santi Mina en el
costado diestro y a Augusto Fernández como volante. Toni también será de la
partida al seguir Aurtenetxe en la enfermería.
Así pues, Yoel
estará en portería con una línea de cuatro en defensa formada por Hugo Mallo,
Costas, Fontás y Toni. Oubiña, Augusto Fernández y Álex López actuarán en el
centro del campo. En fase ofensiva, Santi Mina y Nolito ocuparán los costados
con el brasileño Charles jugando como referencia ofensiva.
En el bando
vallecano, Paco Jémez tampoco prepara revoluciones. Pese a ser el farolillo
rojo de la competición, el técnico andaluz no tiene pensado variar un ápice su
propuesta. Su receta es seguir practicando un buen fútbol, capaz de robarle el
balón incluso a los grandes y generarle numerosas ocasiones de peligro, y confiar
en que la dinámica se revierta. En Vigo contará con las bajas de Juan Carlos y
Seba Fernández, ambos lesionados de gravedad, así como con las de Ze Castro y
Galeano en defensa y Adrián y Nery Castillo en mediocampo.
Todo parece indicar
que saltará al campo con el gallego Rubén en portería, flanqueado por una
defensa de cuatro formada por Tito, Gálvez, Arbilla y Nacho. Saúl y el ex-céltico
Trashorras estarán a los mandos de la nave, justo por detrás de una línea de
tres mediocampistas compuesta por Lass, Jonathan Viera y el vigués Iago Falqué.
Arriba, como hombre más adelantado, actuará el argentino Larrivey.
Fernando Teixeira Vitienes, del colegio cántabro, dirigirá un encuentro marcado por la necesidad clasificatoria, ligeramente superior en el caso visitante, y por la quasi obligación local de brindar un triunfo a su afición. Ha repetido Luis Enrique una y otra vez que su objetivo era mejorar el rendimiento a domicilio, lastre del equipo la pasada campaña. Lo está consiguiendo, pero por el camino está perdiendo el principal puntal del curso anterior, el poderío en casa. La consigna es clara: no se pueden escapar más puntos. Especialmente ante rivales directos como el conjunto vallecano. Balaídos ya no puede esperar más.
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