Toni Otero: "Ahora los jugadores eligen venir a Vigo"


Foto: EFE
La cantera del Celta está de moda. No deja de nutrir de jugadores al primer equipo y cada vez está más y mejor representada en las categorías inferiores de la selección española.

Su director, Toni Otero (Vigo, 1974), se muestra orgulloso del trabajo realizado por el club en los últimos años. 'El Celta ahora es una gran familia', afirma este ex futbolista que defendió la camiseta celeste desde que Pepe Villar lo fichó en categoría alevín hasta el Celta B y que, tras pasar un lustro como jugador en el Pontevedra y empezar a trabajar con la base en el Porriño Industrial, regresó al club de su vida hace ahora una década, de la mano de Javier Maté. Con Ramón Martínez al frente de la dirección deportiva llegó su gran oportunidad y su responsabilidad ha ido 'in crescendo' con el paso de los años. La cantera es la gran apuesta de Carlos Mouriño y Toni Otero, el guardián de la misma.

Por el protagonismo de los canteranos en el primer equipo, por el rendimiento económico que el club ha obtenido con los traspasos de jugadores formados en A Madroa, por la presencia de internacionales en sus categorías inferiores… ¿Vive la cantera del Celta su mejor momento?
Desde que llegó el presidente e iniciamos este proyecto, la idea era llegar en algún momento a esta situación. Estamos empezando a recoger frutos del trabajo de mucha gente aquí en A Madroa y de una apuesta clara del club, porque es evidente que sin ella estaríamos hablando de otra cosa.

Ahora son muchos los clubes que empiezan a tomar el mismo camino. ¿La clave del Celta es que supo anticiparse?
Yo soy de los que piensa que nosotros podemos llegar a los fichajes siempre que nos anticipemos y en esto nuestro presidente vio algo antes de que lo vieran los demás. Hay que agradecerle la apuesta que ha hecho por estos chicos porque después de cinco o seis años de trabajo está empezando a coger color. Ojalá en la etapa en que yo fui jugador alguien hubiese apostado por eso.

¿La cantera crece cuando los jugadores de las categorías inferiores o incluso sus familias ven que es posible llegar al primer equipo, que ya hay canteranos jugando ahí, o son dos factores independientes?
Está claro que ayuda. Verse reflejado en jugadores que están llegando al primer equipo siempre ayuda. Pero lo importante es que el Celta en estos momentos está luchando para que esos jugadores del fútbol base tengan esa posibilidad. Y luego hay una pieza fundamental de la que se habla poco, que son los profesionales que hay aquí en A Madroa, los que tienen a los niños día a día, bajo lluvia, tormentas, granizo y frío. Están aquí día a día y van viendo jugadores por los campos de fútbol. Quizás no le damos el valor suficiente pero, independientemente del esfuerzo de padres y jugadores y de la apuesta del club, hay un trabajo de mucha gente detrás que hay que valorar mucho.

¿Cómo coordinan el trabajo de todos los entrenadores de las categorías inferiores?
Hay una persona encargada de la metodología, hemos implantado un modelo de juego, un proyecto deportivo, y todos los entrenadores van encaminados hacia una misma forma de pensar y de actuar.


¿La apuesta del club y sus buenos resultados facilitan la captación de jugadores?
El Celta en estos momentos es un equipo que llama la atención, tienes más facilidades cuando vas a por un jugador. Han sido muy importantes a nivel social los acuerdos con los clubes, tenemos alrededor de sesenta convenios con clubes de Galicia e incluso también una escuela en México. Todo aquel 'run run' que había antes alrededor del Celta ha cambiado y ahora realmente no es difícil convencer a un jugador para que venga. Ya no tenemos miedo de que un jugador se pueda ir al Villarreal, a Madrid o a Barcelona. Los jugadores eligen venir a Vigo, aunque también hay que hacer un seguimiento, muchos kilómetros, ver muchos partidos y pasar muchos días fuera de casa.

Este verano dos canteranos del Deportivo ficharon por el Celta. ¿Es significativo? ¿Quiere decir que el club ha ganado peso en el fútbol gallego?
Eran jugadores que estaban libres, nos enteramos de que iban a fichar por otro club, mostramos nuestro interés y decidieron venir aquí. Simplemente aprovechamos la situación, porque no se iban a quedar en el Deportivo. Pero sí es cierto que este verano hicimos 56 fichajes para categorías inferiores, incluyendo los veinte de dos equipos benjamines casi nuevos, y reconozco que con más facilidad que en otros momentos porque el Celta ahora es un club querido a nivel social, al que se le tiene simpatía en Galicia. Hemos recuperado los valores de un equipo serio, trabajador, que da oportunidades. Es una apuesta que los jugadores y sus padres perciben y por ello se deciden a venir.

¿Cuántos ojeadores tiene el Celta?
Somos dieciséis personas en estos momentos viendo fútbol en diferentes categorías, pero también aprovechamos el trabajo de los entrenadores, que se encargan de la zona de Vigo. Luego en Galicia somos cuatro y del resto de España me encargo yo, aunque en ocasiones me ayudan con el tema de las selecciones. A nivel gallego está todo muy trillado ya, muy visto, porque son cinco años trabajando a pleno rendimiento y sabiendo que teníamos que llegar un poco antes que el resto.

¿Y el Celta realmente tiene capacidad para ir a Andalucía, Cantabria o Murcia y pelear un jugador con los ‘grandes’?
Pues mira, este año fichamos un jugador canario y otro de Salamanca que querían media España, compitiendo con Villarreal, Real Madrid e incluso equipos ingleses. La primera apuesta del Celta es fichar jugadores de Vigo, la segunda jugadores gallegos y la tercera, jugadores nacionales. Si tenemos la oportunidad y vemos a un jugador que creemos que tiene talento y mejora lo que hay aquí, pues si hay que ir a Canarias o a Salamanca, vamos. Ahora también hemos fichado a un delantero centro mexicano. El Celta debe tener buenos jugadores que en algún momento puedan tener un retorno hacia el primer equipo y eso es lo que buscamos.

Hay muchos niños que juegan bien al fútbol. ¿En qué se fijan para decantarse por uno u otro, qué es lo que más llama su atención?
Lo que buscamos es el talento. Da igual el físico del jugador, queremos que sea técnico, talentoso, distinto. Hemos apostado en muchas situaciones por jugadores relativamente pequeños que podías descartar por otros motivos, pero creemos que el jugador que tiene talento es el que sale. Es difícil definirlo, porque hay muchos tipos de talento, puede ser ofensivo o defensivo, son muchas cosas, muchas situaciones que vas viendo. Tengo a gente como Lago o Álex que ven entre ocho y diez partidos de benjamines cada fin de semana y con el paso del tiempo ese ojo lo vas teniendo entrenado para fichar.

¿Qué sienten cuando ven que ese niño que ficharon un día acaba llegando al primer equipo?
Como le digo a los jugadores, la satisfacción es doble porque yo he estado en su situación. Yo empecé en alevines en el club, llegué al Celta B y no tuve la oportunidad de subir al primer equipo. Y, ahora, ver a estos chicos creciendo y que lleguen al final del camino, pues claro que te satisface. Pero también lo hace ver que todo el trabajo de la gente que está aquí dentro –entrenadores, fisioterapeutas, personal del club, el presidente…– ha contribuido a que esos jugadores lleguen al primer equipo. El Celta ahora es una gran familia. Antes a lo mejor cada equipo era más independiente, llevaba su propio camino, y eso es lo que hemos cambiado. Todos tenemos la misma idea, todos vamos a una y todos creemos que el proyecto del Celta es lo mejor para Vigo y para el club.

Algunos jugadores llegan al primer equipo, pero la mayoría se quedan por el camino. ¿Ha visto a muchos talentos perdidos?
Por aquí han pasado jugadores que realmente tenían muchas más cosas que otros que han llegado y se han quedado. A veces nos equivocamos nosotros, a veces se equivoca el entorno… En el fútbol se mueven demasiados egos y hay demasiada gente alrededor del futbolista que, por desgracia, no siempre le aconseja bien. Es una tarea difícil para nosotros porque de la misma manera que llegan unos cuantos, se caen otros muchos. Lo peor de todo, lo más duro, es enfrentarte a un niño y decirle que se tiene que marchar del club.


¿Resulta complicado lidiar con algunos padres?
El que trabaja en el fútbol base sabe a lo que se expone. Hay muchos intereses creados, muchos egos, y la gente por hacer daño es capaz de muchas cosas. Pero prefiero quedarme con lo bonito, aun sabiendo que la parte mala está ahí. Al final, lo que buscas más allá de hacer futbolistas es hacer personas, y en la gran mayoría de los casos somos capaces de hacerlo bien.

La guinda al proyecto del Celta es la nueva ciudad deportiva. ¿Usted, que vive el día a día en A Madroa, cree que se les queda pequeña para las necesidades de la cantera?
Si queremos competir con las grandes canteras, A Madroa se queda pequeña. El presidente lo sabe porque viene por aquí muchos días: entre semana, sábado, domingo, en invierno, haga frío, llueva… Le estamos sacando todo el partido que tiene a nuestra ciudad deportiva, pero ahora mismo el fútbol de Vigo ha alcanzado un nivel en el que pide algo más. Si finalmente el proyecto sale adelante, será muy importante para la ciudad. La única manera de crecer más es si tenemos más medios y en estos momentos estamos al límite de las posibilidades que nos ofrece A Madroa.

¿Cree que la del Celta está ya entre las mejores canteras de España?
Quizás nos falta un pasito o dos más, pero se ha caminado mucho y se han establecido unos cimientos importantes. Es cierto que nos falta un peldaño para llegar al nivel de otras canteras que llevan muchos años trabajando, pero sí creo que estamos entre las ocho o diez mejores canteras de España.


¿Ve factible que el Celta tenga en un futuro una primera plantilla formada exclusivamente por canteranos o es una utopía?
Me gustan esas utopías. El proyecto del Celta se basa precisamente en eso. Hace cinco años presentamos un proyecto y el objetivo a diez años vista era conseguir eso. Tenemos cuarenta personas trabajando todo el año para que sea así. Ahora hay un 50% de canteranos en el primer equipo y año a año hay que ir ganando porcentaje: un 60% el que viene, un 70% el siguiente… y nosotros tenemos que seguir trabajando para que en cada puesto haya un jugador de la base que pueda competir con cualquier fichaje que pueda hacer el primer equipo. También hay que asumir que para quitarles el puesto tenemos que ser mejores, regalar una plaza en el primer equipo tampoco es nuestro fin.

Borja Barreira / Atlántico Diario

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