Arranca el Celta 2013-14. Se acabó la pretemporada,
terminaron las pruebas, finalizaron los bolos veraniegos. Dos meses y 18 días
después de sellar la salvación de la manera más agónica posible, la cofradía
del 4%, esa en la que ni la quiniela creía cuando visitó Zorrilla a dos fechas
de la conclusión, echa a andar en Primera División con ilusiones renovadas. El
objetivo es claro: ahorrar sufrimiento a los corazones celestes en una campaña
dirigida a consolidar al club entre los más grandes. Luis Enrique llega para
dar un salto de calidad al proyecto tras el fiasco en la élite de Herrera y el parche eventual de Resino. Sin tan
siquiera debutar en partido oficial, ya conoce la clásica bipolaridad celtista,
esa capaz de soñar con lo inalcanzable tras su llegada y cuestionar sus métodos
en apenas un mes. Cierto es que los malos resultados de pretemporada y
especialmente la impopular y polémica decisión de descartar a Andrés Túñez no
le han ayudado. El Espanyol será gasolina o extintor en el pequeño incendio
generado. Los de Aguirre repiten en Balaídos tras ser invitados al drama con
final feliz que fue el último choque liguero. Con más objetivos que entonces, a
buen seguro que opondrán mayor resistencia.
Dice Luis Enrique
no tener dudas sobre el once que pondrá en liza ante los pericos. No puede
asegurar lo mismo el aficionado, empezando por la portería. Yoel, Sergio o
incluso Rubén, de vacaciones hasta hace bien poco, tienen opciones. Sólo la
intuición invita a pensar que será el primero, titular en los partidos más
exigentes del verano, el que cuenta con más posibilidades de ser el elegido. En
defensa, todo más o menos claro una vez que Toni parece haber convencido al
técnico como lateral izquierdo. Más incertezas hay en el centro del campo,
donde las lesiones han castigado a Rafinha y Oubiña. El hispano-brasileño
recibió el alta médica el sábado y no debería tener problemas. No está tan
claro en el caso del capitán, con dolores en el hombro. Podría jugar
infiltrado, aunque su concurso será una incógnita hasta última hora. Como
también el del último inquilino del trivote, si finalmente Luis Enrique se
decanta por el 4-3-3, como parece que así será. Krohn-Dehli y Álex López se
disputan el puesto, aunque el danés parte con algo de ventaja.
Así pues, el Celta
saltaría al campo con Yoel en la puerta y una línea de cuatro en defensa con
Hugo Mallo, Cabral, Fontás y Toni. Oubiña, Rafinha y Krohn-Dehli ocuparían el
centro del campo siempre y cuando los dos primeros se encuentren en
condiciones. En la zona de ataque no hay dudas: Augusto Fernández derecha,
Nolito izquierda, y arriba Charles.
Enfrente aguarda el
RCD Espanyol, todo un histórico de la categoría que avanza hacia su temporada
número 79 en Primera División. El objetivo este curso, después de firmar en el
pasado un inicio desastroso y una recuperación posterior memorable, es mejorar
los registros del comienzo de la competición para poder vivir un año más
tranquilo y tener la posibilidad de soñar con Europa. Pierde a Verdú, pero
recupera a Thievy e incorpora a Pizzi. Sergio García sigue siendo el referente,
más aún con la posible marcha de Wakaso, ausente en Balaídos por sanción. Mientras,
David López ha sido la sensación de la pretemporada y se ha ganado un sitio en
el once al lado de Víctor Sánchez.
La alineación con
la que formarán los pericos en su estreno no diferirá mucho de la compuesta por
Casilla en portería y una defensa de cuatro con Javi López, Héctor Moreno,
Colotto y Capdevila. Víctor Sánchez y David López actuarán en el centro del campo,
justo por detrás del tridente Stuani-Pizzi-Thievy. Arriba, la calidad de Sergio
García.
Jose Antonio Teixeira Vitienes, del colegio cántabro, impartirá justicia en un partido que alza el telón de la Liga 2013-14 para celestes y blanquiazules. Ambos persiguen la tranquilidad, aunque quizás con metas algo más ambiciosas los catalanes. El Celta no piensa en nada más que en la calma, en vivir una campaña sin sobresaltos, instalado cómodamente en mitad de tabla. Si posteriormente llegan sorpresas, se aceptarán, pero el objetivo inicial es ese: no pasar apuros. En conseguirlo está depositada la ilusión desbordante de una hinchada que se ha acercado al récord histórico de abonados. Lo negativo del horario dificultará que los casi 24.000 socios puedan ocupar su asiento, pero no que todos ellos y muchos más, de Galicia o incluso lejos de sus fronteras, sueñen con ver a su equipo consolidado en la élite tras una temporada que empieza como terminó la pasada: con el RCD Espanyol como rival. ¡Que ruede el balón!
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