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Foto: Alberto Lijó |
Euforia contenida en Vigo. Un empate con buen fútbol y una victoria en territorio complicado han disparado la ilusión. De la decepcionante pretemporada nadie se acuerda. La mente está puesta en prolongar la buena racha antes del parón y para ello es necesario doblegar a un Granada que ya avisó de su potencial en El Sadar. Los nazarís se han reforzado bien y pueden amargarle la tarde a cualquiera. El objetivo del Celta será no caer en la telaraña de Alcaraz y sumar tres nuevos puntos que acerquen al equipo a la perfección antes del descanso por selecciones. Llenar la mochila en los albores de la competición asegura un otoño más relajado y eso Luis Enrique lo sabe. Todo lo que el Celta sume ahora será camino recorrido en el futuro. Por ello es bueno aprovechar el viento de cola y llenar la mochila de puntos para cuando vengan mal dadas.
La principal incógnita del partido comenzó a gestarse el pasado lunes en el Villamarín a eso de las 00:40 horas. Oubiña fue expulsado por doble amarilla y el Comité ha esperado hasta este viernes para ratificar la sanción. Primer contratiempo serio para Luis Enrique en una posición en la que carece de un sustituto específico. Álex López parece el apaño más idóneo para salir del paso. Rafinha ocuparía su lugar en el volante y el ferrolano retrasaría un par de metros su posición. Otras alternativas son Madinda y Javi Rey, pero ni responden al perfil que se busca ni parecen contar con la experiencia suficiente como para suplir a Oubiña. Fontás, una más de las posibilidades que se barajaban, formará finalmente en el eje de una defensa en la que posiblemente se mantenga Toni, habida cuenta de que Aurtenetxe acaba de aterrizar y que no gozaría de continuidad ya que se perderá por obligación el próximo encuentro ante el Athletic en el Nuevo San Mamés.
De esta forma, el once de Luis Enrique sería el compuesto por Yoel en la puerta y una defensa de cuatro con Hugo Mallo, Cabral, Fontás y Toni. Álex López, Krohn-Dehli y Rafinha actuarían en una muy ofensiva línea de centrocampistas, justo por detrás del tridente atacante formado por Augusto Fernández, Nolito y Charles.
Menos dudas hay en Granada. Aunque Alcaraz juegue al despiste, lo cierto es que el once andaluz no encierra demasiado misterio. Sin bajas, los nazarís viajan a Vigo con la mayor parte de su arsenal. En la ciudad de la Alhambra sólo se han quedado las recientes incorporaciones, es decir, Ighalo, Recio y Foulquier, además de Coeff, Douglas y Migue por decisión técnica, y de Siqueira, que ultima su salida. Riki, un futbolista poco querido en Balaídos por su pasado deportivista, será la principal novedad. El delantero de Aranjuez parece haberle ganado la partida a El-Arabi, titular en las dos primeras jornadas.
El resto del equipo será el mismo que ganó en Pamplona y perdió el lunes en Los Cármenes ante el Real Madrid. Es decir, el ex-céltico Roberto en portería, con una línea de cuatro en defensa formada por Nyom, Diakathé, Mainz y Angulo. Yebda e Iturra actuarán en el doble pivote, detrás de una línea de tres mediapuntas compuesta por Brahimi, Piti y Dani Benítez, y con Riki como hombre de referencia.
Al igual que la pasada jornada, otro debutante en Primera será el encargado de impartir justicia. Juan Martínez Munuera, del colegio valenciano, dirigirá un encuentro entre dos equipos diseñados para vivir una temporada tranquila. El comienzo, especialmente en el bando local, ha sido esperanzador. No obstante, el fútbol es experto en hacer bajar deprisa a los que se acomodan en la nube. El Celta no puede permitirse que lo invada la euforia a golpe de 31 de agosto y debe seguir haciendo camino a base de puntos. En Balaídos, fortín obligado ante equipos de su mismo pelaje, estos han de sumarse de 3 en 3. Sería la mejor manera de alcanzar un parón por selecciones que se vive mejor desde las alturas.
* Previa: Álvaro Rodríguez
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