Cuatro fichajes para crecer

Foto: Jorge Landín

Hasta la fecha son cuatro las incorporaciones que presenta el Celta de Luis Enrique. Habrá más, pero los que han aterrizado hasta el momento le darán un plus a un equipo que parte con el firme objetivo de no sufrir como la pasada temporada.

Fontás, Charles, Nolito y Rafinha son, hasta el momento, las caras nuevas. Existe un denominador común y es el conocimiento directísimo que de ellos tiene el propio técnico. Con todos, a excepción de Charles, Luis Enrique coincidió en su etapa como entrenador del Barcelona B.

El primero en incorporarse al proyecto fue Andreu Fontás. Luis Enrique pensaba más en él, en un principio, como mediocentro defensivo, ahora ya lo hace más como central, por la lesión de larga duración de Samuel.

Fontás no llega en un principio con un rol de jugador titularísimo, pero seguro que acaba el campeonato con muchos minutos en sus botas. Llega, además, ilusionado. “Me convenció el proyecto deportivo del Celta y el hecho de que esté Luis Enrique también ayuda”, dijo el día de su presentación.

Tras el futbolista catalán, llegó Charles. El delantero hispano-brasileño conoce la tierra, al haber jugado seis años en Pontevedra. Llega después de haber pulverizado registros realizadores en Segunda, categoría en la que marcó 32 goles con el Almería. Ahora tiene el reto de debutar en la máxima categoría: “Me estoy jugando mucho a pesar de llegar como pichichi de Segunda”.

El tercer fichaje fue Nolito. Un viejo anhelo de la Dirección Deportiva. En esta ocasión se pudo hacer un esfuerzo y pagar al Benfica 2,5 millones por el 70% de su pase.

Nolito, que ya triunfó con Luis Enrique en el Barça B, es otro jugador polivalente, aunque con preferencia para jugar en banda izquierda o de mediapunta. Al gaditano no le pesa llevar el dorsal de Iago Aspas: “Es un privilegio llevar el 10. El número es lo de menos, lo que quiero es hacer las cosas bien y ayudar al equipo”.

El último en llegar ha sido Rafinha. Sólo ver los 4.000 espectadores el día de su presentación demuestra que es el relevo mediático de Aspas. El haber vivido, hasta los 13 años, en Vigo supone un mayor grado de enganche con el aficionado. Tiene trabajo, calidad, gol y se desenvuelve con soltura por todas las demarcaciones de la segunda línea de ataque.

Rafa Valero / Marca