A la tercera va la vencida


MARTA GRANDE
Lo que no consiguieron Stoichkov y Eusebio en su etapa como responsables del banquillo del Celta lo ha logrado Luis Enrique en una semana. El equipo celeste ha podido aprovecharse por fin de la cantera de la Masía para reforzar su plantilla. Ayer fue presentado Andreu Fontás. El Celta espera que no se acaben ahí los trasvases: su objetivo más deseado ahora mismo es Rafinha Alcántara.

El hijo de Mazinho llegaría cedido a Balaídos, pero el posible acuerdo tendrá que esperar porque el Barcelona quiere asegurarse antes la renovación del joven futbolista, cuyo contrato expira en junio de 2014. Es una de las promesas más perseguidas en el mercado internacional por su talento y una polivalencia que puede llevarle a jugar en diversas posiciones del campo, tanto en el centro como en el ataque.

Apenas dos días después de ser presentado como entrenador del Celta, Luis Enrique se ha traído a uno de los futbolistas del Barça B en los que más confiaba. Un central zurdo que también puede jugar como mediocentro defensivo. Su depurada técnica le permite exhibir una buena salida de balón desde la retaguardia e incluso se incorpora al ataque con peligro, como demostró en el gol que le marcó a Falcón en Balaídos hace tres temporadas. Fontás condujo el balón hacia el balcón del área céltica, buscó el apoyo de un compañero para sortear a los zagueros rivales y con la izquierda superó a Falcón.

El gerundense sigue los pasos de futbolistas formados en la cantera del Barça que también pasaron por Balaídos, como Celades o Jordi Cruyff. El entrenador del primer equipo azulgrana, Tito Vilanova, también defendió la camiseta celeste, en la década de los noventa.

Al acceder a la presidencia del Celta, Carlos Mouriño mostró una gran admiración por el trabajo de la Masía. Entonces, se decidió por contratar a Hristo Stoichkov como entrenador para que salvase al Celta del descenso a Segunda. El búlgaro no logró el objetivo y tras siete partidos en la división de plata fue destituido. Stoichkov no convenció a los dirigentes del Barça para que le ofreciesen algún refuerzo.

Tras varios proyectos fracasados, Mouriño confió las riendas del Celta a otro exazulgrana. Eusebio Sacristán no tuvo oportunidad de acoger en Vigo a canteranos del Barça. Sin apenas recursos económicos en el club vigués, el vallisoletano tuvo que explotar los recursos que ofrecía la ciudad deportiva de A Madroa.

El tercer exfutbolista del Barça en asumir el banquillo del Celta se estrena para reforzar la plantilla con Fontás, un producto de la Masía.

Javier Conde / Faro de Vigo

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