Previa Valladolid - Celta: La vida en un partido


Foto: Ricardo Grobas

Desde principios de febrero, cuando el Celta inició una larga y dolorosa decadencia que terminaría desembocando en la difícil situación actual, la palabra “final” sobrevoló el ambiente en multitud de partidos. En algunos casos con excesiva celeridad, con un dramatismo desmesurado, y en otros con mayor justificación, obligada por las circunstancias y la identidad del adversario. No obstante, nunca fue tan real como ahora. Esta noche, a partir de las 20:00 horas, el conjunto olívico afronta por primera vez una verdadera cita a vida o muerte, sin red, sin un mañana al que agarrarse. No ganar al Valladolid en el Nuevo José Zorrilla supone decir adiós a la categoría, a esa que tanto sufrimiento y esfuerzo costó recuperar.
   
El Celta enfoca el choque en una situación pésima, colista del campeonato y con una pírrica posibilidad de salvación, pero dispuesto a agotar sus posibilidades hasta el último suspiro. Deberá ganar en la ribera del Pisuerga, donde los locales aguardan con sed de venganza por los acontecimientos del curso pasado, y también en otros campos, en los que el resto de rivales directos deciden el futuro propio y el de los celestes. De obligado cumplimiento es el pinchazo bien del Deportivo en la Rosaleda o bien del Osasuna en el Sadar ante el Sevilla. Si blanquiazules y rojillos vencen, ya nada habrá que hacer. Convienen también las derrotas de Zaragoza y Mallorca, ambos ante visitas complicadas a Betis y Atlético de Madrid. Con todo, resulta evidente que la empresa es harto complicada, pero también que los celestes cuentan con el calendario más asequible de todos los implicados. Salir vivos de Valladolid elevaría exponencialmente las opciones por lo que espera a unos y otros en la jornada final. Ese es el objetivo.
   
Para cumplir con la primera parte del milagro, Abel Resino deberá recomponer la línea defensiva. Finalmente, el recurso emitido por la amarilla de Jonny no prosperó y el lateral de Matamá se perderá el encuentro. Lo mismo sucede con Jonathan Vila, el otro ausente. La baja del de O Porriño será cubierta por Gustavo Cabral, quien una vez más parece que le ganará la partida a Vadim Demidov. Más difícil resulta predecir el lateral derecho titular. El técnico toledano ha probado distintas opciones a lo largo de la semana y ninguna parece convencerle al cien por cien. Así a todo, Antón de Vicente, que debutaría en Primera División, se perfila como la principal alternativa a ocupar esa vacante.
   
Por lo tanto, Javi Varas formará en portería con una defensa de cuatro compuesta por Antón de Vicente, Cabral, Túñez y Roberto Lago, quien finalmente se ha recuperado de sus molestias. Por delante, Oubiña e Insa actuarán en el doble pivote. En línea de tres cuartos, Augusto Fernández y Krohn-Dehli son fijos en los costados, mientras que Álex López regresa al once en detrimento de Fabián Orellana. Arriba, de nuevo como única referencia ofensiva, jugará Iago Aspas.
   
Por su parte, el Valladolid ya nada se juega en el envite. Tras una fantástica temporada, los de Djukic aseguraron la permanencia hace un par de semanas y viven con tranquilidad el tramo final de curso. Cualquier motivación vendrá del profesionalismo de sus jugadores y de las viejas rencillas del curso pasado. Algunos sectores de la afición pucelana continúan molestos por la forma en la que se desarrolló el ascenso celeste la campaña pasada (con aquel 0-0 en Balaídos ante el Córdoba) y ven en el partido de esta noche la oportunidad perfecta de vengar aquella “afrenta”. El técnico serbio, el principal instigador de esta rivalidad creciente y un tanto incomprensible, apela al respeto por la competición y pondrá todo su arsenal sobre el tapete.
   
De esta forma, el Valladolid saltará al campo con Jaime en portería y una línea de cuatro en defensa con Rukavina, Sereno, Valiente y Peña. Víctor Pérez y Álvaro Rubio ocuparán el centro del campo, detrás de una línea de tres mediapuntas compuesta por Larsson, Óscar y Ebert. En punta, parece que Manucho le ha ganado la partida a Javi Guerra y será titular frente al Celta.

El catalán Estrada Fernández dirigirá un envite de necesidades antagónicas. Para los blanquivioletas, todo interés en el partido gira en torno a saldar cuentas pretéritas. Para los celestes, sólo existe un camino: el de la victoria. Ganar es la única manera de seguir vivos y prestar atención al resto de estadios. Por historia, el Nuevo Zorrilla es un campo propicio para los intereses célticos, pero el partido es tan vital y tan decisivo que las estadísticas ya poco importan. Sólo vencer mantiene el sueño de una permanencia que nunca estuvo tan oscura como ahora, pero que todavía conserva un pequeño resquicio de luz.



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