Un par de precedentes a lo largo de 90 años de historia avalan la esperanza céltica de eludir el descenso de categoría. En similares circunstancias el equipo fue capaz de burlar el descenso en los ejercicios 40/41 y 72/73. Curiosamente en la primera fecha con el Zaragoza como rival. En otras seis ocasiones rozó el milagro llegando con vida a la última jornada, pero sin poder alcanzar la orilla.
La gesta más reciente a la que agarrarse data de 1973 en una plantilla con nombres archiconocidos para el celtismo como Santi Castro, Fernández Amado, Paco Doblas o Jiménez. En aquella ocasión, con una Primera de 18 equipos y tres descensos, el conjunto céltico vivió en el abismo desde la jornada 23, llegando a la última ostentando la décimo sexta posición y sin depender de sí mismo. Los célticos se impusieron por 3-0 al Real Madrid en Balaídos y le acompañaron los resultados de Betis y Deportivo, que perdieron y descendieron.
El hito de 1941 fue todavía más épico por su desarrollo. Los vigueses cayeron a la zona de descenso (en una Primera de 12 equipos) a falta de cinco jornadas y tres después ocupaba el puesto de colista. Descendían dos y los vigueses estaban obligados a ganar los dos últimos partidos de Liga. El 23 de febrero de 1941 se debía disputar un Celta-Zaragoza decisivo (eran los dos últimos). Pero un temporal impidió el partido de Balaídos. Se disputó la última jornada de Liga sin haberse disputado ese partido. El Celta ganó en Alicante al Hércules por 0-5. La campaña había terminado pero quedaba un partido pendiente que se jugó 28 días después, el 30 de marzo de 1941. Era una auténtica final en Balaídos. El que perdía, descendía. El Celta ganó con mucho sufrimiento por 1-0 (gol de Nolete).
Los vigueses estuvieron a punto de repetir la historia en otras seis ocasiones (1975, 1977, 1979, 1983, 2004 y 2007), aunque en todas ellas claudicaron en la orilla pese a que en algunos de estos casos dependían de si mismo en la última jornada. La situación más complicada que estuvo a punto de remontar fue en la temporada 1978-1979 cuando a falta de ocho jornadas el Celta estaba a cuatro puntos (entonces eran dos partidos) de la zona de salvación. Llegó con vida a la última fecha pero dependía de que el Rayo Vallecano no ganase en Las Palmas y los vallecanos ganaron por 1-2.
El desenlace del curso 76/77 también gana protagonismo al tratarse de un Zaragoza - Celta, aunque en La Romareda. A falta de cuatro jornadas los vigueses estaban en puestos de descenso pero fueron capaces de llegar al epílogo dependiendo de sí mismos. Una victoria en territorio maño hubiese dejado al Celta en Primera, pero ganó el Zaragoza por 1-0 y descendieron ambos. Mañana comenzarán la dramática contienda como último y penúltimo clasificado, protagonizando otra final, mucho más próxima a las comentadas por la supervivencia que a las dos de la Copa del Rey.
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