Este fin de semana no hay fútbol, y con el parón liguero la rabiosa actualidad cede su espacio a la historia, así que aprovecharemos para recordar a algunos de los jugadores que han hecho historia vistiendo la camiseta del Celta, concretamente a los que adornan la lona exterior del Estadio Municipal de Balaídos. Caras que solemos ver cada 15 días y que trataremos de recordar y acercar a los aficionados durante este fin de semana.
Guardameta de talla, medía1,83 metros y pesaba 79 kilos en su época de futbolista, había jugado en el CD Ourense, de donde llegó al Celta en 1964. Tras jugar con el Ourense a finales del a campaña 1963-64, el Real Club Celta llegó a un acuerdo con el club de O Couto para el traspaso de Ramón Ibarreche que se incorporó al equipo celeste al concluir la temporada.
Guardameta de talla, medía
La respuesta de Ibarreche a una pregunta de los periodistas tras confirmarse su fichaje por el Celta fue clara y contundente: “¿mis características?, evidentemente mi regularidad y parar lo difícil”. Lo cierto es que Ibarreche era un portero muy regular que fue una pieza importante en el club de Balaidos durante las temporadas que defendió el marco celtiña.
Quizás no sea tan recordado como otros futbolistas de la historia del Celta, porque al portero vasco le tocó vivir los duros años de permanencia del Celta en la segunda división durante la década de los años 60 del pasado siglo.
Titular indiscutible en sus primeras cuatro campañas en el Celta, Ibarreche debutó en competición oficial en Balaidos, en la primera jornada de la temporada 1964-65 contra el Osasuna (1-0).
En su primer año, el guardameta vasco jugó completos los 30 partidos de aquella liga, quedándose sin disputar ni un solo minuto los dos porteros suplentes, el joven Lucho, y Cantero (casi siempre de baja por sus problemas de ciática).
En su segundo año, un Celta de lujo, no pudo consumar el ascenso en la promoción disputada frente al Sabadell, en la que Ibarreche no pudo evitar encajar dos goles en el partido de ida en la Creu Alta, resultado que el equipo vigués no pudo remontar en Balaidos.
El regular y seguro guardameta, veía pasar las temporadas sin conseguir el ascenso, teniendo que esperar a su último año en el Celta para conseguir el ansiado retorno a primera. Sin embargo, Ibarreche no disputó ninguno de los partidos de liga en aquel ascenso de la temporada 1969-70, ya que ese año llegó el portero andaluz Bermúdez que defendió la meta céltica en todos los partidos de aquella liga del ascenso.
Ya veterano, con 37 años, Ibarreche ya no pudo debutar con el Celta en primera y dejó el equipo tras lograr el ascenso. Tras su retirada del futbol se quedó a residir en la ciudad de Vigo, donde se casó y tuvo durante muchos años una tienda de deportes en el Calvario años. Era muy querido en la ciudad por su bondad.
Su imagen forma parte de la lona ubicada en el frontal de la grada de Tribuna con la que el club rinde homenaje a su historia. José Ramón Ibarreche falleció el 19 de febrero de 2011.
En el partido de liga entre el Real Club Celta y el CD Tenerife, celebrado el mismo día de su muerte, se guardó un emotivo minuto de silencio en su memoria en el Estadio Municipal de Balaidos.
0 comments:
Publicar un comentario