Carlos Mouriño decidió despedir a Paco Herrera después de que el conjunto celeste perdiese tres partidos de forma consecutiva –ante Osasuna, Valencia y Getafe–. Un par de meses antes, el Celta también atravesó por una racha similar, al caer frente a Athletic, Betis y Atlético. Sin embargo, el equipo reaccionó en el primer encuentro del año derrotando en Balaídos al Valladolid.
El calendario que ha tenido que afrontar el nuevo Celta de Abel Resino tampoco ha ayudado, ya que el técnico se hizo cargo del equipo al pie del temido Tourmalet. No obstante, la victoria ante el Deportivo era innegociable, al considerarse una de las seis que se presume que necesitará el equipo celeste para lograr la permanencia.
Lo que más preocupa, y así lo expresó Borja Oubiña, es la tremenda fragilidad defensiva que muestra el equipo en las últimas jornadas. Con Resino, el Celta encaja una media de 2,5 goles por encuentro, cuando con Herrera era sólo de 1,3, casi la mitad.
Por tanto, es probable que la disposición del equipo cambie dentro de diez días ante el Barcelona y que el equipo opte por pertrecharse más en defensa.
Abel Resino se ha caracterizado en las últimas temporadas por ser un reactivador de equipos que parecían muertos, como el caso de Levante y Granada, a los que salvó del descenso. Pero también es cierto que en esos dos casos concretos cogió antes a los equipos y tuvo más tiempo para inculcar a sus jugadores su filosofía. Ahora, trabaja a contrarreloj y con una plantilla que parece no acostumbrarse a su estilo.
Miguel Román / Atlántico Diario
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