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MARIANO POZO |
Ayer de madrugada saltó la noticia de que Abel Resino era el nuevo entrenador del Celta, lo que implicaba la destitución de Paco Herrera. Como es habitual en los técnicos en los tiempos que corren, detrás de ellos suelen traer una pléyade de ayudantes que vienen en el "pack". Como las ofertas del súper, a veces nos obliga a comprar algo que no queremos para poder adquirir lo que realmente buscamos. En ese "pack" de Abel Resino venía Salva Ballesta, uno de los futbolistas más odiados en Balaídos cuando aún se dedicaba a correr detrás de un balón por los campos de España.
A él le iba la marcha. Siempre ha presumido de "Español", en el sentido más peyorativo de la palabra, como diría Rosa Díez. Español de los de antes, de los rancios. Hijo de militares, la política siempre ha sido parte importante en su carrera, nunca ha ocultado sus ideales y lo ha hecho libremente porque la democracia actual permite lo que no se permitía cuando gobernaron otros durante cuarenta años. En Balaídos era habitual que se le silbase, y no un grupo reducido de aficionados precisamente, y el contestaba con gestitos. Provocaba. Y estaba en su derecho.
El problema es que, a veces, eso pasa factura. En el momento en que se supo que Salva Ballesta venía en el lote, la noticia corrió como la pólvora y a la afición céltica no le sentó nada bien, lo que obligó a rectificar y dejó al bueno de Salva en el paro. El propio futbolista lo explicaba esta tarde en el programa "Intermedio" de Radio Marca: "Ya había salido de Málaga en dirección a Vigo, iba por Madrid y me llamó el presidente para decirme que no iba a poder ser", agregando que "un grupo minoritario de aficionados no estaba a favor, por temas políticos, de que fuese al Celta con Abel".
Según explica el propio Salva Ballesta, el veto ha llegado desde "un grupo de aficionados del Celta", que "por temas políticos" no estaban de acuerdo con su incorporación."Es una pena que en los tiempos en los que estamos se confunda la política con el deporte. En mi caso, nunca me he referido a la política, sólo he dicho siempre que me siento muy español", se defendió el jugador.
El exfutbolista, cuatro veces internacional con España, agradece de todas las formas la confianza que Abel Resino había depositado en él al contar con el exjugador como segundo entrenador. "No puedo decir que esté decepcionado con Abel. Le agradezco la confianza que hasta hoy ha depositado en mí. Lo que ha pasado después es cosa suya, ha aceptado su contrato y ya está. Yo, personalmente, si me pongo a negociar en una mesa y mi segundo no firma, yo tampoco firmo", sentenció un Salva Ballesta dolido por la situación.
La noticia ha generado bastante revuelo, y esta tarde Alfonso Pérez, ex futbolistas de Barcelona y Real Madrid (en su momento aseguró que era seguidor de los dos equipos de pequeño) salió en defensa de Salva Ballesta en su cuenta de Twitter: "Me solidarizo con Salva Ballesta,que te priven de trabajar en un sitio por sentirse muy Español,esto es para cagarse, que pasa que nadie en este país puede decir, que uno se siente orgulloso de ser ESPAÑOL? Pues yo lo digo".
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