MARTA G. BREA |
Aprovechando el parón navideño, toca hacer balance de la actuación individual de los jugadores del Celta, a los que analizaremos durante estos días contando con vuestra colaboración, ya que os pedimos que le pongáis una nota entre el 0 y el 10 para definir lo que llevamos de temporadas en el ámbito individual.
Saltamos a Samuel Llorca, que apenas disputó unos minutos ante el Deportivo, y el partido de Copa en Almería que no se televisó, y llegamos a De Lucas. El catalán se ha tenido que adaptar esta año a un rol completamente distinto al de temporadas pasadas. Si durante sus dos primeros años en Vigo, su figura resplandecía como una de las estrellas, este curso encarna un papel secundario que no le impide lucir su calidad y su frescura. A pesar de no haber sido titular en la mayoría de los partidos, el catalán ha encontrado el camino del gol con facilidad y ha aportado al equipo saliendo del banquillo.
Esta condición, la de aportar como suplente, resulta especialmente novedosa, ya que en temporadas pasadas daba la sensación de que le costaba entrar en los partidos cuando partía desde el banquillo. Este año, sin embargo, y como ha demostrado por ejemplo ante el Sevilla o ante el Almería en Copa, tiene la capacidad o el nivel de concentración suficiente para meterse de lleno en los partidos nada más saltar al terreno de juego. A lo largo de la temporada será importante, no tal vez para ser titular, pero a buen seguro que no pasará desapercibido. Nunca lo ha hecho en su carrera.
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