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| JAVIER LIZÓN |
Aprovechando el parón navideño, toca hacer balance de la actuación individual de los jugadores del Celta, a los que analizaremos durante estos días contando con vuestra colaboración, ya que os pedimos que le pongáis una nota entre el 0 y el 10 para definir lo que llevamos de temporadas en el ámbito individual.
Muchas cosas tendrá que hacer Cristian Bustos este año para que lo que se recuerde de su temporada no sea el golazo que le marcó al Real Madrid en Copa. Fue un gol singular porque suponía el primero de su carrera como futbolista profesional, y lo hizo en un escenario inmejorable, ante uno de los mejores equipos del mundo y anotando el tanto que suponía el 2-0. No se prodiga en esas lides, ni tampoco es su fuerte ni lo que se le pide, pero esa capacidad de decisión a la hora de ejecutar el tiro merece un aplauso.
Bustos, que perdió la titularidad el año pasado ante el ciclón que supuso la recuperación de Oubiña, no ha logrado recuperar su status y se tiene que conformar con los minutos que Herrera tiene a bien concederle. Tampoco es que los haya aprovechado en exceso. Su concurso pocas veces mejora al Celta, aunque la papeleta suele ser complicada cuando él entra al terreno de juego. En todo caso, su intensidad y su esfuerzo son los de siempre.
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