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Hablar de urgencias a estas alturas del campeonato puede parecer precipitado, pero lo cierto es que tanto Celta como Mallorca necesitan dar un paso al frente para espantar sus respectivos demonios. La derrota de Vallecas privó al conjunto de Paco Herrera de la que podría haber siso su primera victoria de la temporada a domicilio, por lo que el equipo necesita lamerse las heridas con un nuevo triunfo en casa. Mientras, en Mallorca la visita a Balaídos está subrayada de rojo como el partido que debe romper la racha de seis derrotas consecutivas que encaja el equipo de Joaquín Caparrós.
Si el Celta consigue este fin de semana una nueva victoria hará que el Mallorca reedite su registro histórico de derrotas consecutivas. En la temporada 91/92 el equipo balear encadenó siete partidos seguidos perdiendo y acabó la campaña descendiendo a Segunda División. En el club no quieren oír hablar de la posibilidad de reeditar esa racha, aunque el Celta no se lo pondrá fácil.
Tras un arranque de temporada esperanzador, el Mallorca se ha desinflado a base de derrotas y lesiones hasta caer a la décimo quinta plaza de la tabla. Suman 11 puntos, uno más que el Celta, a pesar de que han marcado un gol menos que los celestes (12) y han encajado dos más (19).
La defensa está siendo un dolor de cabeza para los mallorquines. La retaguardia no acaba de cuajar, y el flanco izquierdo está generando demasiadas dudas. La lesión de Antonio López ha supuesto un revés para el equipo, que tampoco acaba de encontrar en los centrales Conceiçao y Geromel la solidez esperada.
La plaga de lesiones
El paso de las jornadas ha generado un reguero de bajas en el Mallorca de Caparrós. Antonio López y el central Nunes han pasado por el quirófano, Javi Márquez, hombre encargado de llevar la manija en el centro del campo, se fracturó un tobillo a principios de temporada, y Joao Víctor es muy posible que cause baja todo el curso. Tampoco llegará a Balaídos es Giovanni Dosantos, mientras que Álvaro Giménez comenzó estos días a entrenar, aunque es difícil que juegue ante el Celta.
Las bajas y el encontrarse en el camino con Barcelona y Real Madrid han servido al Mallorca para relativizar sus malos resultados. Incluso parece que Caparrós mantiene el crédito, a pesar de que la derrota ante el Granada en casa en la séptima jornada de Liga escoció entre los aficionados. En el conjunto mallorquín manejan la idea de que el partido ante el Celta inaugura una nueva etapa en su Liga, y de ahí que se conjuren para llevarse premio de Balaídos. Claro que para eso deberán superar a loshombres de Herrera, quienes mantienen Balaídos como su fortín.
Lorena García Calvo / La Voz de Galicia
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