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Iago Aspas volvió a ser el llanero solitario en la delantera celeste. El de Moaña lo hizo casi todo bien, como ya sucedió ante el Málaga, y fue el asistente de de Lucas en la jugada del gol del Celta. Por lo demás, se encontró muy solo y no obtuvo la respuesta necesaria de sus compañeros. Un pase de 40 metros en la primera parte dejó solo a de Lucas, pero el barcelonés erró. Pudo anotar en una falta que buscaba la escuadra de Claudio Bravo, que estuvo felino a un tiro del joven delantero celeste en la segunda mitad. Y, también tuvo el gol en sus botas en una embarullada jugada en la que se encontró con el balón en el área pequeña pero Claudio Bravo se hizo enorme y no pudo superarlo.
Son jugadas definitivas, ocasiones de gol, pero la sensación que deja el partido de Aspas es que está más que preparado para la élite. El canterano apenas perdió un solo balón, supo aguantarlo cuando era necesario, darlo en el momento oportuno e incluso echar una mano a sus compañeros en tareas defensivas. El esfuerzo de Aspas es notorio, recorriendo muchos quilómetros, pero la lectura que extraemos de este partido es que él solo no puede. Hoy faltó que le acompañase Augusto Fernández por banda derecha. El argentino estuvo gris, y daba la sensación de estar flojo físicamente en la segunda mitad. Krohn-Dehli, por su parte, promete muchísimo. Tiene detalles que recuerdan a Orellana, pero es más fuerte que el chileno y dará muchas cosas a este equipo, pero hoy le faltó adaptación y conocer a sus compañeros.
El que si estaba acompañando a Aspas era de Lucas, pero Herrera lo retiró del terreno de juego y el Celta perdió mucha presencia en ataque, porque Álex López no se atrevió a acompañar más a la delantera. La lectura del partido es que Aspas ejerció de llanero solitario, y así es muy difícil.
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