RICARDO GROBAS |
Ha pasado poco más de mes y medio y nos parece una eternidad. Esa eternidad que va desde el día 3 de junio, cuando el celta se enfrentó al Córdoba, ese día en el que el Celta logró el ascenso, ese día en el que vimos fútbol por última vez en Balaídos. Y claro, entre fichajes, rumores, traspasos, salidas, cesiones, llegadas, renovaciones, celebraciones, borracheras, resacas, vacaciones, regreso a los entrenamientos, campañas de abonados, empresas chinas de ropa deportiva con filiales que quiebran, camisetas que nunca llegan y un montón de asuntos más, hemos pasado estos casi dos meses sin un partido de fútbol que llevarnos a la boca, más allá de un amistoso ante el Porto que vimos por la tele y disfrutaron en el campo unos cuantos afortunados.
Pero hoy sí, hoy es el día. Vuelve el balón a Balaídos, aunque sea un amistoso, aunque solamente sea el Trofeo Ciudad de Vigo, aunque la copa sea un fraude. Es fútbol, es Celta. Es Balaídos. Una conjunción mágica que nos ilumina y nos aporta un brillo especial en los ojos. Y regresamos a nuestro estadio como un equipo de Primera. Y sí, podemos ganar, y si perdemos no pasa nada porque lo que realmente importa en la Liga. No sé si el Atlético nos pondrá en nuestro sitio, o nosotros a ellos, pero tengo claro que mi sitio es una de las butacas de Balaídos. Me da igual cual. Así que al fin y al cabo Herrera tenía razón. El Atlético, el Ciudad de Vigo, nos pondrá en nuestro sitio.
0 comments:
Publicar un comentario