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| MARTA G. BREA |
Balaídos no se olvida de Fabián Orellana. Hoy, si el chileno tuvo oportunidad de seguir el partido de alguna manera, tuvo otra prueba más del cariño que le profesa una afición que parece no estar dispuesta a que el ahora futbolista del Granada pase al olvido. Durante varios minutos y en fases distintas del partido se escucharon cánticos a favor de Orellana, enviando un mensaje claro y directo a la directiva. No se coreó el nombre de Jonathan Pereira, tampoco el de Miguel de las Cuevas. La afición, de forma espontánea, se acordó de Fabián Orellana.
Decía el chileno poco después del ascenso que se sentía impresionado por el cariño recibido en Vigo. Los cánticos y el apoyo de la afición habían calado hondo en él. Después de todo venía de un año difícil en Granada, donde nunca se había sentido realmente querido, y su año en Jerez fue discreto. Por ello, su llegada a Vigo cambió muchas cosas, tanto en el aspecto personal como deportivo. Su familia estaba encantada en Vigo, él también. Su carácter tímido y reservado encajaba a la perfección en una ciudad donde los futbolistas pueden pasar desapercibidos con facilidad.
El flechazo fue mutuo. Lo que Orellana siente por la ciudad y por la afición también parece sentirlo el celtismo, a juzgar por lo vivido hoy en un Balaídos que no se olvida del chileno y que no está dispuesto a renunciar a él. Llevamos todo el verano hablando de gestos. El que espera el club de Orellana, y el que seguramente esperará Orellana del club. El Celta espera que Orellana de un paso al frente y manifieste de forma clara, ya sea en público o en privado, su intención de jugar en el Celta, y Orellana espera que el Celta realice un gesto económico para hacerse con él. Pues bien, la afición ha hablado claro hoy con un gesto inequívoco: Quieren que vuelva Orellana.
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