Querido celtiña:
Felicidades. Como no se consuela quien no quiere, otro partido más eres el ganador moral de la contienda, el primer equipo de Galicia y el orgullo de toda esa ciudad que llevaba desde el 25 de noviembre de 1999 sin llenar Balaídos. Sí, exactamente 4.525 días en los que tus paisanos debían de haber encontrado algo más interesante que hacer que acudir en masa al estadio cuando más los necesitabas. Qué casualidad que se apunten al carro celeste coincidiendo con nuestra visita, ¿no? Tal vez llevar tres cuartos de temporada comprobando como tu eterno rival no necesitaba ninguna excusa para ir a Riazor, hirió el corazoncito de toda tu "afición" que por un día decidió guardar sus elásticas blancas y blaugranas en el cajón para desempolvar sus olvidadas camisetas del Celta. Eso sí que es una hinchada comprometida que sienten los colores y que tiene a bien deleitarnos con los únicos tres cánticos que saben repetir hasta la saciedad. Cuánto nos queda todavía por aprender a los 25.469 abonadas del Deportivo...
No entiendo cómo se puede discutir tu indudable supremacía como símbolo balompédico gallego. Sin duda tus seis campeonatos de Galicia, tus tres finales de Copa del Rey y la consecución del primer título europeo para esta noble tierra hacen desmerecer todo lo que hayamos podido conseguir en Coruña. Porque no es justo (ojo que se me llenan los ojos de lágrimas y se me ponen los pelos como escarpias sólo con recordarlo) que el día que ganaste ese trofeo con forma de llavero y más pequeño con un click de Famobil llamado Intertoto no haya sido declarado festivo autonómico. Ya que las autoridades pertinentes nunca han entrado en razón, supongo que el único galardón fabricado con un metal noble que guardas en todas las copas de cristal está en un sitio privilegiado de tu museo y buen apartado del Teresa Herrera que, como todos sabemos, con su tamaño puede hacerle sombra a todo cuanto le rodea.
Nos sentíamos tan vacíos sin enfrentamientos a un grande como tú que, ya que no subías a Primera, decidimos bajar un año al infierno. Siento en el alma que alguna conspiración masónica unida a la conjunción de varios planetas hayan provocado tu debacle en ambos derbis. No puedo entender cómo tu fútbol de salón, ese derroche de magia digno de ser mostrado en las escuelas de entrenadores del mundo, no pudo batirnos. Dicen que tenemos la suerte del campeón, por algo será...
Espero que algún día se valoren esas cosas por las que tus aficionados vienen años luchando y se hagan clasificaciones en las que tú serías líder indiscutible, esa guía moral de las pequeñas grandes cosas que tan poco se tienen en cuenta, como es unir a toda Galicia convirtiendo en tu himno una canción típica de la provincia de al lado, la generosidad que demuestras dejando que seamos los demás los que ganemos los títulos o la capacidad que tienen tus defensores en sacar estadísticas de debajo de las piedras. Porque tranquilo, sé paciente amigo y ya llegará ese momento en el que participar también puntúe. Nos vemos en Primera el año que viene. Papá aún tiene que darte varias lecciones de cómo se juega a esto llamado fútbol.
Después de leer semejante falta de respeto hacia nuestro club, decidí indagar en el currículum de la columnista. Resulta que Carlota Leire no es una periodista, sino una estudiante de arquitectura. Descubrí que tenía twitter y le escribí con la esperanza de hacerla reflexionar sobre lo que había redactado. Me encontré con respuestas sorprendentes como que a los partidos de Balaídos acudían 4.000 espectadores. Cuando le digo que eso es mentira, me salta con que "controlemos a ciertos medios que dan la asistencia porque entonces mienten como bellacos". ¿A qué medios se refiere? ¿Al Depor Sport?
Seguimos con la twitter bronca y me justifica su artículo diciendo que es un medio de Coruña dirigido a un público blanquiazul y que está escrito con ironía, pique y rivalidad, es decir, para regocijo de algunos deportivistas. ¿Qué pasaría si este artículo fuera al revés? A Carlota le da igual, ya que no va a leer un medio 100% del Celta para ahorrarselo, cuando afortunadamente no existe ninguno.
Lo que he leído esta mañana me reafirma en la idea de que el periodismo está muy tocado y contaminado por personas ajenas a la profesión y que, en ocasiones, fomentan rivalidades e incluso la violencia. No entiendo por qué una futura arquitecta puede opinar en un periódico de fútbol cuando un periodista deportivo no puede hacerlo (como es lógico) en una revista de arquitectura. Desde el Dxt Campeón se justifican diciendo que son la voz de la afición. Pensaba que un periódico solo escribían profesionales, con buena pluma, con una ética periodística para informar y opinar desde el respeto a los demás. Parece que han cruzado esa línea y han confirmado lo que pensaba desde hace tiempo. Son un panfleto, otro más, al igual que Depor Sport.
Al final Carlota Leira no tiene ninguna culpa. El culpable es el Dxt Campeón por dejar escribir en sus páginas a cualquier "juntaletras". Le deseo lo mejor a Carlota en la arquitectura, pero por favor que dejé en paz a nuestra profesión, que para escribir ya hay suficientes estudiantes en las facultades de periodismo.
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