El día que Gudelj calló al Heliodoro Rodríguez López


Foto: Diario de Avisos

Con motivo de la visita del Celta B al Heliodoro Rodríguez López, el tinerfeño Diario de Avisos recuerda una apasionante eliminatoria copera celebrada durante la Temporada 1993-94. Sería el 10 de marzo, en el partido de vuelta de las semifinales del torneo del K.O, que medía al Tenerife, equipo de moda por entonces en el fútbol español, y al Celta de Vigo, que perseguía su segunda final copera tras la de 1948. Antes, en 1908, el Vigo Sporting, uno de los equipos precursores del Celta había disputado otra.

Llegaban a las semifinales dos equipos muy distintos. El Celta de Txetxu Rojo era un equipo correoso, que disputaba cada balón hasta el final, con un sistema defensivo basado en el orden. Un equipo muy disciplinado, aunque exento de magia. Contaba con el mejor portero de la Liga, Santiago Cañizares, y futbolistas como Engonga, Otero, Ratkovic, Vicente o Gudelj eran su santo y seña. Enfrente, el Tenerife de Valdano, un equipo que apostaba por la fantasía de jugadores como Fernando Redondo, y que habían logrado la clasificación para la UEFA la temporada anterior.

El Celta derrotó comodamente al Tenerife en el partido de ida (3-0) y se plantaba en las islas afortunadas con la intención de certificar su pase a la final. En la previa, según nos cuentan en el Diario de Avisos, Valdano catalogó el duelo como "el más importante de la historia del club", a pesar de que los insulares ya habían disputado encuentros de UEFA, y Txetxu Rojo echó leña al fuego diciendo que ganar a su equipo era más complicado que ganar a la Juventus, equipo que eliminó al Tenerife en competición europea.

El partido registró un lleno absoluto. Por 500 pesetas, la entrada más barata, hasta 1.500 la más cara, cada aficionado recibió una de las 20.000 castañuelas que se repartieron para crear la mayor presión posible. Ángel Cappa, ayudante de Valdano dijo aquello de que "jugar contra el Celta es como hacer el amor con un árbol". 

Todo marchaba bien para los locales, que a los 61 minutos, con goles de Aguilera y Dertycia, mandaban en el marcador y tenían a tiro la remontada, pero un resbalón de Aguilera permitió a Gudelj anotar el 2-1 y menos de diez minutos después, otra vez Gudelj hizo el empate. Las celebraciones del delantero, mofándose de la grada, y las posteriores declaraciones del zaguero bosnio, diciendo que tenía "muchas ganas" de eliminar al Tenerife, provocaron un cruce de declaraciones entre ambas entidades que enturbiaron las relaciones de ambos equipos en los años venideros, algo que ahora mismo está totalmente olvidado.

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