Mateo ya golea en el Bierzo


Es la primera temporada en la que Mateo Míguez Adán (Redondela, 1987) prueba suerte fuera de casa. Abandonó el Celta de Vigo para buscarse un hueco en uno de los equipos nobles en la Segunda División B: la Ponferradina. Y el arranque no ha podido ser más esperanzador. Cuenta con la confianza de su técnico, Claudio Barragán,  y, a pesar de ser mediocampista, ya encabeza la clasificación de goleadores del grupo segundo. Tres de sus cinco dianas las consiguió el pasado fin de semana en la victoria por 0-4 en el campo del Lemona, la primera que su equipo lograba fuera de su estadio, El Toralín.

«Me estoy adaptando muy bien al equipo», comenta Míguez, quien agrega: «Somos un montón de jugadores nuevos y todavía nos falta un poco para acoplarnos y ofrecer lo mejor de nosotros». El arranque del conjunto berciano ha sido irregular, ha alternado actuaciones sólidas en El Toralín con partidos más flojos fuera de casa. De todas formas, la Ponferradina ya se encuentra en la cuarta posición, dentro de los puestos que dan derecho a la liguilla de ascenso. «No debemos obsesionarnos con quedar primeros. Hay que ir paso a paso», comenta el de Redondela.

Sobre su capacidad goleadora en este comienzo de la temporada, la califica de «anecdótica». «Son rachas», argumenta. «El año pasado -explica- también llegué a ser pichichi en las primeras jornadas y después los delanteros, gracias a su regularidad, me fueron superando poco a poco». A pesar de esto, terminó la campaña con 12 tantos, una cifra destacada para su posición.

Medio con llegada

Porque Mateo Míguez pertenece a esa clase de medios a quienes les gusta asomarse a las proximidades del área, es de los que empujan hasta lograr un remate. Esta búsqueda de la presión y su olfato para detectar el fallo del contrario le ha llevado a «robarle» a los porteros tres de sus cinco goles. «En el vestuario los compañeros ya me llaman el Mangante», comenta. «Son bromas que empiezan a surgir dentro del grupo y que creo ayudarán a unirnos», destaca.

Estas mismas bromas quedaron impresas en el balón que la Ponferradina le regaló para celebrar el triplete. «No me pude -dice- llevar el del partido, porque el Lemona es un club muy humilde». Aunque no fuese el del choque, Míguez ha logrado «un recuerdo imborrable» de su nueva trayectoria lejos de Vigo.

Fuente: La Voz de Galicia 

0 comments:

Publicar un comentario