Hugo Mallo: "Mi objetivo es seguir siendo un chaval normal"


Hugo Mallo Novegil (Marín, 22 de junio de 1991) ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad. El lateral derecho del Celta está en la órbita de clubs de primer nivel como el Atlético de Madrid o el Valencia después de haber completado una temporada de ensueño. Este "chaval de Marín", como él mismo se define, recorre a diario los escasos 20 kilómetros que separan su tierra natal de las instalaciones de A Madroa para seguir escribiendo su historia. Llegó a la casa Celta previo paso por el Porvir, el histórico Salgueiriños y el Pontevedra, tres clubs en los que aprendió a patear la bola. En el Celta maduró y el Celta lo hizo internacional. Así, y después de disputar un Europeo sub 19, Mallo entró de rebote en la lista de Julen Lopetegui (tras la lesión de Martín Montoya) y acabó entre los nominados a llevarse el Balón de Oro del Mundial sub 20. "Este chaval de Marín" sueña ahora con dar el salto a Primera División.

–Enhorabuena por todo lo que le está ocurriendo.
–Muchas gracias.

–¿Recuerda cuándo le dio la primera patada a una pelota?
–Pues tendría 8 ó 9 años, más o menos. Mi primer equipo fue uno de aquí de Marín, el Porvir.

–Tengo entendido que el histórico Salgueiriños de Pontevedra fue su segunda casa.
–Sí. Allí llegué siendo alevín de primer año y después jugué otro en el Pontevedra.

–¿Qué recuerdos tiene de su primera etapa?
–Si te soy sincero, empecé a jugar al fútbol por hacer algo, por practicar algún deporte. Me gustaba el fútbol, pero poco más. En el Pontevedra ya fue todo más serio, porque jugaba bastantes competiciones y partidos. Después tuve la oportunidad de jugar con la selección de Pontevedra y de ahí di el salto a la selección gallega. En el Pontevedra me fueron bastante bien las cosas y me fichó el Celta.

–Supongo que ni se lo pensó cuando le llamaron desde Vigo. ¿O sí?
–Bueno... Cuando estaba en el Salgueiriños ya me habían llamado para ir a jugar el torneo de Brunete, el de Canal Plus. Fui a jugarlo y en mi primer año como infantil me ofrecieron ir para allí, aunque preferí quedarme otro año más en Pontevedra. Todavía era muy joven.

–¿Brunete? Supongo que en el torneo se habrá visto las caras con algún jugador que ahora esté en la élite.
–De aquella estaba Canales (Valencia); Álvaro, el del Espanyol; y alguno más por ahí, aunque tampoco me acuerdo demasiado.

–Por cierto. ¿Cuál fue la reacción de su familia cuando surgió el interés del Celta?
–De aquella estaba Maté llevando las categorías inferiores del club. El primer año no fui, porque todavía eran muy joven y mi padrino tampoco me podía llevar a entrenar todos los días desde Marín. Me volvieron a llamar un año después y ya no dudé gracias, en parte, al apoyo de mi padrino, que me llevaba todos los días a entrenar. Ahora ya voy sólo desde hace tres años (se ríe). Tenía que darle descanso.

–Supongo que le habrá dado a su padrino la camiseta de su debut con el primer equipo del Celta.
–No, la del debut la tengo yo. De todas formas, él ya tiene varias en casa. Por eso no tiene problema.

–¿Le ha cambiado mucho la vida?
–Hombre, no sé. Sigo siendo un chaval normal que mantiene sus amistades de toda la vida. Vivo con mi abuela y con mi padrino.

–Permítame que le pregunte. ¿Y sus padres?
–Tengo relación con ellos, aunque se fueron a trabajar fuera y yo seguí aquí. Ahora ya volvieron, pero sigo viviendo en casa de mi abuela.

–Volvamos al fútbol. Todos sus compañeros coinciden al afirmar que usted es uno de los canteranos que más ha evolucionado en los últimos años. ¿Se siente un privilegiado?
–Si me comparo con otros jugadores de mi generación puede ser que sí. Hay otros como Jota (alterna el filial con el primer equipo) que también están progresando a pasos agigantados. La mía fue una muy buena generación. Me tocó a mí y espero que durante los próximos años le toque a otros.

–Si echa la vista atrás, ¿qué recuerda con especial cariño?
–El momento más feliz fue, sin duda, cuando me dijeron que iba a hacer la pretemporada con el primer equipo. Fue una sorpresa. Después vino el resto, pero si me tengo que quedar con algún momento, me quedo con ese.

–Mire si irrumpió con fuerza en el primer equipo que ahora es uno de los fijos en el once del entrenador.
–Hoy en día nadie es insustituible. Bien es cierto que el año pasado me salió una buena temporada. Eso ya pasó y ahora tenemos que centrarnos en lo que viene. Tengo mucha ilusión, porque hay una serie de retos muy bonitos que espero cumplir. Estamos todos muy ilusionados.

–Sus grandes actuaciones no han pasado desapercibidas. ¿Cómo ha vivido los rumores que lo situaban en clubs como el Atlético de Madrid o el Valencia?
–Prefiero no hacer caso a todo eso. Estas cosas las lleva mi representante. Intento mantenerme al margen de todo y mi objetivo es seguir siendo como soy, intentar no cambiar. Soy un chaval normal de Marín y me siento muy orgulloso de mis amigos de toda la vida.

Fuente: César Méndez  / Faro de Vigo 


Sigue a César Méndez en Twitter @cesarmendez7

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