La hipocresía es el acto de fingir y ostentar, constante o esporádicamente, creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades o estándares que se exigen en las demás personas, y que uno en realidad no tiene o no sigue.
Este comportamiento, a la par que deleznable, es, por desgracia, de común uso en nuestro mundo. A lo largo y ancho de todo el planeta, son cada vez más numerosas las manifestaciones de hipocresía, las cuales no son más que un tipo de mentira o una pantalla de reputación. En las últimas fechas, la hipocresía ha encontrado su principal foco de actuación en la ciudad de A Coruña, concretamente en el club de fútbol que mejor representa a la urbe herculina y que algunos consideran la entidad social más importante de Galicia: el Deportivo de la Coruña.
Desde moiceleste.com, en todo momento, hemos tratado tanto al equipo coruñés como a sus aficionados con el mayor de los respetos. Incluso, en más de un artículo, yo mismo he reconocido sus éxitos años atrás, así como las virtudes que lo llevaron a conseguirlos. Desde nuestra afición al Celta, nunca hemos faltado ni descalificado al eterno enemigo, más allá de la sana rivalidad que no debe faltar en esta relación deportiva.
No obstante, no podemos decir lo mismo de los medios de comunicación de A Coruña, principalmente del diario oficial del Deportivo, DeporSport. Desde que se confirmó que Celta y Depor pelarían juntos por el ascenso a Primera División, han sido constantes los ataques a la entidad viguesa procedentes de las páginas de ese diario. Continuamente, y con el fin de satisfacer al aficionado herculino más radical, han introducido a nuestro equipo en medio de la actualidad de su club en aquellos asuntos que les interesaban y de los que podían sacar partido. Mal estuvo, por ejemplo, el intento de mofa al comparar las campañas de abonados de ambos conjuntos. Con la del Celta sin empezar, DeporSport se dedicó a restregar el éxito de captación de socios en A Coruña, al tiempo que lo comparaba, sin venir a cuento, con la de club olívico. No fue una sorpresa, pues de este periódico uno se puede esperar ya cualquier cosa, sobre todo si echamos la vista atrás, a tiempos donde Celta y Depor jugaban juntos en Primera.
Lo que sí sorprendió fue un artículo publicado poco después del descenso coruñés. No por su intento de criticar y desestabilizar al Celta, algo que ya vemos como normal, sino por la total hipocresía con la que actuaron. Era difícil pensar que se atreverían a tanto.
El artículo en cuestión, al cual se puede acceder a través de este enlace, denuncia el apoyo que el Celta recibió de Caixanova en sus peores momentos económicos, y exige que el Deportivo, una vez descendido a Segunda y acuciado por la deuda, reciba el mismo trato. Además, muestra su temor por el hecho de que la fusión de las cajas de ahorro de Galicia derivase en un traslado a Vigo de la nueva entidad financiera resultante, Novacaixagalicia. Incluso advierten de que es posible que, los éxitos futuros del Celta, sean subvencionados con dinero coruñés. Es decir, en otras palabras, temen que Novacaixagalicia se olvide del Depor, en beneficio del Celta.
En primer lugar, habría que ir al inicio de la historia. La fusión de las cajas deriva de la necesidad de Caixagalicia (la caja de ahorros del norte de Galicia), ahogada por una deuda insostenible, de apoyarse en otra entidad financiera para salvarse de la quiebra. Caixanova (caja de ahorros del sur de Galicia) no se rebajó a la categoría de “tirita financiera” y desestimó las condiciones de fusión que exigían desde el norte. Desde A Coruña, principalmente a través la Voz de Galicia, fueron constantes las descalificaciones hacia la ciudad de Vigo y a sus ciudadanos, tildándolos de egoístas, antigallegos, etc… Finalmente, la fusión llegó a buen puerto, aunque bajo las condiciones que Caixanova exigía, con una sede, un director general y un presidente “made in Vigo”, algo que no sentó muy bien en A Coruña.
Suena cuanto menos extraño que desde el Deportivo se tema que su dinero pase a manos viguesas. A fin de cuentas, su dinero lleva toda la vida en manos no sólo viguesas, sino pontevedresas y ourensanas. Fue Caixanova, con sede en Vigo, quien patrocinó al Deportivo durante muchos años, mientras Caixagalicia, con sede en la capital herculina, pasaba ampliamente del equipo de su ciudad. Es también innegable que Caixanova ayudó al Celta, quien, a través del Concurso de Acreedores, consiguió perdonar parte de su deuda. Pero no es menos cierto que parte de la deuda del Deportivo, la cual Lendoiro multiplicó por 49 desde su llegada, es con Caixanova, uno de sus principales acreedores. Por lo tanto, también podríamos decir, que el dinero vigués está sosteniendo al Deportivo y salvándolo de la desaparición.
Hace mucha gracia ver la hipocresía con la que actúa Lendoiro, quien vive en una cruzada constante en busca de la dignidad económica y en la cual despotrica contra Zaragoza, Racing y un largo etcétera de equipos. A todos ellos, los acusa de acogerse a la Ley Concursal para no afrontar lo que deben. Habría que ver a qué tiene que recurrir el Depor, uno de los clubes de fútbol más endeudados de España, si no consiguen un rápido regreso a Primera. Esperemos que, de ser así, no vaya a Concurso; sino, puede que Lendoiro pase por el juzgado.
Comparto y acepto la rivalidad, pero no la hipocresía y las mentiras. Novacaixagalicia, como entidad gallega que es, hará todo lo posible por ayudar a las distintas sociedades gallegas, entre ellas al Deportivo. Que no se preocupen que desde aquí no vamos a manipular nada. Queremos ganarles en el campo y con el balón, porque, al fin y al cabo, esto es “sólo” fútbol.
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