Álex López se convirtió en el jugador revelación de la pasada temporada, el espejo en el que se miran todos los canteranos. El de Narón llegó sin hacer mucho ruído, invitado a la pretemporada con el primer equipo, buscando un hueco que parecía imposible. Pero Paco Herrera lo vio y creyó ciegamente en él desde el primer momento, hasta el punto de que fue superando todas y cada una de las pruebas de forma tan positiva que se ganó la titularidad en la primera jornada. Ya no la perdería hasta que las lesiones se cruzaron en su camino.
En él se fijan los demás. Él ha sido el último capaz de dar el salto. Otros como Jota podrían emularlo, a pesar de mantener ficha en el filial, lo mismo que Álex el año pasado, podría tener minutos y ganarse la continuidad. Una continuidad que no es nada fácil y que suele costar varias pretemporadas hasta encontrar el camino. El último ejemplo de un nuevo Álex López podría ser Pablo Pillado. El pontevedrés comenzó anotando ante el Sporting de Braga y dano muy buena imagen. De él se esperan grandes cosas, pero no será fácil en una zona del campo con demasiados inquilinos y pocos metros cuadrados. Si lo consigue será, sin duda, toda una hazaña.
También en ese espejo se pueden mirar otros jugadores, como Gaffoor, que juega este verano su última baza de cara a formar parte de la primera plantilla. Por edad, este será su último tren, pero tendrá la oportunidad de ganárselo en el campo, como hizo el año pasado Álex. El caso de Kevin es distinto, fue llamada prácticamente por necesidad, tras la convocatoria de Hugo Mallo, y es precisamente en el de Marín en quién debe fijarse. A Hugo Mallo solo se le había dado la oportunidad de jugar en el juvenil, hasta que la denuncia de Edu Moya abrió la puerta a un lateral derecho. Eusebio dio con la clave más económica; darle la oportunidad a un chaval del juvenil como Hugo Mallo. Hoy es una de las perlas de la cantera y uno de los jugadores más cotizados, a punto de disputar todo un mundial Sub-20 con la selección española.
Los canteranos trabajarán con la ilusión de saber que a su alrededor hay un buen puñado de ejemplos de jugadores que llegaron al primer equipo, que lucharon por ello y lo consiguieron, pero también deben saber que nadie les regalará nada, porque lo que han conseguido Álex López, Hugo Mallo y el resto de canteranos, no ha sido un regalo, ha sido un premio más que merecido.

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