Los últimos días de Papadopoulos


Los días de Dimitrious Papadopoulos en el Celta podrían estar contados. El club busca una salida al jugador, pero tendrá que pactarla con este dado que aún tiene dos años más de contrato, por lo que, de algún modo, tendrá que buscar una salida negociada con el futbolista, seguramente mediante algún tipo de indemnización. Tampoco el jugador griego ha despertado mucho interés en el mercado, ya que si un club viniese a por el griego no se pondría ningún impedimento ni se pediría traspaso. El sueldo del griego, cercano a los 400.000 euros, es uno de los más elevados en la plantilla viguesa.

Papadopoulos, que no contó absolutamente nada para Herrera durante la temporada, recordemos aquella famosa y ya mítica frase de Papadopoulos: "Yo estoy fuera como un perro mientras el míster está dentro, cómodo, con los gatos". La presencia del artillero griego ha sido residual en una plantilla que adolecía de un recambio natural para David. Iago Aspas fue el elegido para suplir al toledano siempre que fue necesario.

Lo cierto es que el rendimiento de Papadopoulos tampoco fue significativo. No consiguió marcar ningún gol en los escasos minutos que tuvo para hacerlo, y el tiempo fue colocando a otros jugadores muy por delante de él en las rotaciones.

Pero quizás la sentencia definitiva al caso Papadopoulos llegó en los prolegómenos del Celta- Cartagena, correspondiente a la última jornada de Liga. Paco Herrera había dicho en rueda de prensa el día anterior que Papadopoulos iba a jugar ese partido, sin embargo, unos minutos antes, el propio Herrera anunciaba que el griego no podía jugar debido a unos problemas físicos que ya había acusado durante la semana, a pesar de que en ningún momento se comentó esta circunstancia en la semana previa, ni apareció en el parte médico, ni Herrera comentó nada al respecto durante la rueda de prensa previa a ese partido.

Tres días después, Herrera da una convocatoria previa para el Celta- Granada y Papadopoulos es el único descarte de una lista de 20 jugadores en la que deberá descartar a dos más antes del partido. ¿Por qué descartar a Papa el día anterior si podría descartarlo el mismo día del partido como hizo con Oubiña y Catalá? ¿Qué relación tuvo esta circunstancia con esa supuesta lesión de la que ni se habló antes ni después? Está claro que era un castigo al griego y que el motivo de que no jugase no tuvo nada que ver con lesión alguna.

Su futuro se conocerá más pronto que tarde, pero será muy dificil ver nuevamente al griego con la casaca celeste. Para él, la experiencia viguesa tampoco ha sido excesivamente positiva. La relación con sus compañeros tampoco ha sido todo lo fluída que era de esperar. 

Moi Celeste

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