Se suele decir que la distancia hace el olvido. En el amor es el principio del fin y en el odio, una tregua. Después de cuatro años jugando en distinta categoría, parecía que los ánimos entre celtistas y deportivistas estaban bastante calmados. Lejos quedaban aquellos derbis llenos de cánticos ofensivos y desproporcionados. Lejos aquellas celebraciones por las desgracias ajenas en la coruñesa fuente de cuatro caminos.
Durante estos años, desde Coruña se menospreciaba al Celta, en cualquier foro se podían leer frases en las que se ninguneaba al Celta con el argumento de la categoría. En Vigo se resistía de forma estoica y se intentaba mirar hacia otro lado, como restando importancia al hecho de la categoría, siempre recordando que seguíamos siendo el equipo gallego con mayor número de temporadas en Primera División.
Pero los sucesos del sábado han devuelto a la dura realidad a muchos aficionados del deportivo, que se creían libres del "bochorno" de una caída al infierno. El celtismo ha reaccionado, y tal vez no de forma muy elegante. Los foros están echando humo durante estos días. Desde Coruña, con la letanía de siempre, los títulos. Llega un punto en que uno tiene que comprobar el palmarés del deportivo para asegurarse de que es peor que el de Madrid y Barcelona habida cuenta de un alardeo tan desproporcionado.
El insulto como arma. Es la tónica general de dos aficiones que no están quedando a la altura. He intentado leer algún foro para pulsar el sentir de los aficionados de ambos equipos y resulta bastante deprimente. Y he de decir que somos nosotros los que salimos mejor parados. Tal vez mejor no sería la palabra precisa.
El odio será eterno. Somos enemigos irreconciliables y da la sensación de que el tiempo, en lugar de curar heridas, no hace sino abrirlas e infectarlas. Ya no es una rivalidad sana, es odio puro.
El fanatismo lleva a algunos a dejar comentarios sobre el Celta como este: "Tengo claro que si ascienden es porque tienen miedo venir aquí y perder". Lo ví en una web del deportivo en la que esta mañana aún tenían la esperanza de que el Celta no jugase el play-off. He leído más insultos al Celta durante estos días que en muchos meses. Igual tenemos nosotros la culpa de su descenso.
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