Las jugadoras del Olivo cuentan las horas para saltar al Manuel Pahiño de Navia y medirse al Tacuense en el primer encuentro de la liguilla de ascenso a la Superliga. Esta es la segunda fase que disputa el conjunto vigués, que ya peleó por subir hace tres temporadas, en unas eliminatorias que no tuvieron un buen desenlace, ya que las olívicas terminaron el grupo encajando dos goleadas ante Pozuelo (0-5) y Barcelona (7-1). Tres años después, llega la oportunidad de redimirse.
En el mes de junio de 2008, el conjunto vigués se plantaba en la fase por primera vez en su historia, tras una brillante campaña en la que fueron campeonas de su grupo. En aquella ocasión, el sorteo no fue nada benévolo con las olívicas, que les mandó al grupo más potente junto a Barcelona, uno de los mejores equipos en estos momentos, y Pozuelo, que contaba con la mediática Milene Domingues, exmujer del brasileño Ronaldo.
"Nos tocaron los dos más fuertes, los otros grupos eran mucho más asequibles", recuerda Edu González, el técnico del Olivo, que en 2008 era el segundo entrenador del equipo dirigido por José Estévez. Junto a Edu, se mantienen en la plantilla varias jugadoras como las capitanas Cuchi y Loreto, Vicky, Clo, Sara o Susi, entre otras.
El calendario de aquella fase de ascenso deparó el mismo resultado que esta temporada: el Olivo descansaba la primera jornada y debutaba como local. El Pozuelo fue su primer rival, que había caído en su campo ante el conjunto azulgrana por 1-3. Algunas jugadoras viguesas acudieron a espiar a su rival y salieron convencidas de que podrían derrotar a las madrileñas, pero el equipo pagó la novatada.
"Fuimos allí y vinimos confiadas de que podíamos ganar al Pozuelo. Pero al salir al campo todo cambió. Ver tanta gente en la grada creo que nos paralizó, había muchos nervios, nos temblaban las piernas, estábamos como flanes", relata Loreto, la jugadora más veterana del Olivo. El desenlace no pudo ser peor, una abultada derrota por 0-5, que truncaba las esperanzas del Olivo, que tenía que ganar por más de siete goles al Barcelona para subir, una misión imposible. Las olívicas terminaron aquel choque ante el Pozuelo entre lágrimas y cayeron una semana después estrepitosamente en tierras barcelonesas por 7-1.
Han pasado tres años de eso y la mentalidad de las viguesas ha cambiado. Se sientes más fuertes, más maduras y seguras de sí mismas.
"Ahora competimos a otro ritmo, no teníamos experiencia y ahora sí. En aquella ocasión sabíamos que podíamos fallar, era factible. Ahora el cruce nos ha ido bastante mejor", comenta Cuchi, la capitana, que lleva diez años enrolada en el Olivo. Por su parte, Loreto va más allá.
"Tenemos mejor plantilla que hace tres años, mejoramos en todas las líneas, la experiencia de haber vivido aquello te hace mejorar, crecimos mucho", destaca. Asimismo, su entrenador, Edu González, coincide con ellas: "las vivencias de estos años nos han enriquecido psicológicamente, somos más maduras, algunas jugadoras han cogido un papel más importante en el equipo".
La sorprendente victoria del Tacuense ante el Girona la semana pasada pone al Olivo en una situación límite. Una derrota ante las canarias dejaría al conjunto vigués sin ninguna opción pero este ya sabe lo que es un encuentro a vida o muerte esta temporada. Fue ante el Ponferrada, en el Manuel Pahiño de Navia, cuando solo les valía la victoria para optar al título y no fallaron.
"Tenemos esa experiencia y hay que salir a morir como ese día. Estábamos nerviosas pero esos nervios nos hicieron estar mejor", concluye Loreto. El premio al esfuerzo, muy goloso: un ascenso histórico y la oportunidad de redimirse de aquella fase de hace tres temporadas.
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