A Iago Aspas le puede salir caro el partido del Benito Villamarín. El jugador vio dos tarjetas amarillas, la primera de ellas por protestar una decisión técnica del árbitro mientras el de Moaña estaba en el banquillo y la segunda por cortar la trayectoria del balón con la mano.
La expulsión fue injusta porque la mano probablemente no era merecedora de amarilla, pero lo peor vino después. En el momento en el que Iago Aspas ve que el árbitro viene hacia él con la intención inequívoca de mostrarle la amarilla y expulsarle, comenzó a realizar aspavientos llevándose su mano a la cara y gritando: "Tienes mucha cara, eres un sinvergüenza". Estas frases son las que Gil Manzano registró en el acta del partido y que le podría acarrear al de Moaña un castigo ejemplar.
Dejando a un lado la injusticia de su expulsión, me gustaría hacer hincapié en algunos aspectos que nada tienen que ver con el árbitro. Por un lado, creo que ya va siendo hora de que Iago Aspas se de cuenta de que determinadas actitudes no conducen a nada y que debe controlarse, tanto en el banquillo como en el terreno de juego. Si ayer se hubiese comportado mientras estaba en el banquillo no habría sido expulsado ni tan siquiera injustamente. No es la primera vez que le pasa y debería aprender de sus errores y evitar este tipo de situaciones de cara al futuro.
Y por otro lado, ¿Por qué Herrera mete a Aspas en el campo sabiendo que tiene una amarilla y a un árbitro con el gatillo fácil en el campo? Cierto que si no le hubieran expulsado nadie habría dicho esto, pero conociendo a Aspas y conociendo a Gil Manzano había muchas posibilidades de que el Celta acabase con nueve jugadores.
Esperemos que el Comité de Competición no tenga demasiado en cuenta el acta, pero es muy probable que así sea, por lo que es probable que el Mesías de Moaña esté fuera de juego unas cuántas semanas...
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